San Vicente de la Sonsierra: Historia y Penitencia

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“Esto no es una tradición sin más, es un acto de fe, sin fe habría desaparecido todo esto con el tiempo”. Son palabras de Teodoro Ruiz, prior de la Cofradía de la Vera Cruz de San Vicente de la Sonsierra. Una cofradía diferente al de otras muchas, tal vez por este acto en el que los procesantes se autoflagelan desde el año 1320, primera fecha en la que se tiene constancia de esta representación religiosa.

Sus características no han pasado desapercibidas ni para el numeroso público que cada año asiste a los actos de Semana Santa de San Vicente de la Sonsierra ni para las instituciones, no en vano el 17 de febrero de 2005, el Ministerio de Turismo otorgó el título de Fiesta de Interés Turístico Nacional para los días jueves y viernes santos.

Los primeros estatutos que recogían esta representación religiosa en la Cofradía se remontan a 1520 y desde entonces no ha variado mucho. El acto consiste en que varios “disciplinantes” más conocidos por “picaos” vestidos con una túnica blanca, un cíngulo blanco atado a la cintura, una capa parda con una cruz blanca y una capucha blanca con agujeros en los ojos, acuden a la la procesión y se arrodillan ante el paso al que hayan hecho la ofrenda, generalmente “la Dolorosa” o ante el “Monumento” en la iglesia. Ante ellos, rezarán una oración y su acompañante retirará la capa de los hombros y abrirá una apertura en el hábito que cubre su espalda.

Es entonces cuando el disciplinante coge la madeja por su empuñadura y balanceándola con las manos, se golpeará la espalda por encima del hombro alternativamente a izquierda y derecho. Durante toda la procesión pueden llegar a autoflagelarse con 800 y 1.000 golpes. El disciplinante va seguido de un acompañante y un práctico. Ellos deciden cuando es el momento de pinchar la espalda con una esponja que es una bola de cera virgen con 6 cristales incrustados de dos en dos. Esta medida, que da nombre a “los picaos”, se lleva a cabo para impedir lesiones más graves en la espalda del disciplinante y evitar que la coagulación de la sangre.

Una vez que termina la penitencia, el disciplinante recibe la cura de sus heridas mediante agua de romero.

“El requisito para ser disciplinante es ser cristiano, católico y que una parroquia certifique que lo es” aclara el Prior de la Cofradía,“la razón de la penitencia es muy personal, muy privada. Es por pura fe religiosa o para dar las gracias por lo bueno recibido en la vida”.

Hasta el momento de las procesiones que se celebran durante la Santa Cena el Jueves Santo a las 19.30 horas, el mismo día a las 23.00 horas, el Viernes Santo tras la Procesión del Vía Crucis, durante la Procesión del Santo Entierro y en la Cruz de Mayo, 3 de mayo si es domingo y si no el domingo siguiente, la propia Cofradía desconoce el número de disciplinantes que acudirán. “Los penitentes van a la procesión y se incorporan a la iglesia, pueden ser 20 o 40 personas”.

LAS MUJERES TAMBIÉN DEMUESTRAN SU DEVOCIÓN

Las mujeres también tienen su protagonismo en esta fiesta. Su penitencia se ejerce como “Marías”. Se llaman así por que acompañan a las procesiones vestidas con el mano de la Virgen de los Dolores, con el rostro cubierto por puntillas, descalzas e incluso con cadenas. Suelen ser tres mujeres las que salen en la procesión.

“Actualmente somos 150 personas las que integramos la Cofradía. Tanto hombres como mujeres tienen el mismo trabajo en ella. Nosotros no nos metemos en el tema de las ”Marías“ y ellas no lo hacen con los disciplinantes” asegura Teodoro que afirma además, que hasta el momento, no han recibido ninguna petición de una mujer para autoflagelarse como “picao”.

Los actos de la Semana Santa nacional han venido marcados por la polémica suscitada a partir de la reforma de la Ley del Aborto que lleva a cabo el Gobierno central. Algunas cofradías andaluzas expresaron su deseo de portar un lazo blanco en las procesiones como muestra de desacuerdo con la reforma legal. Teodoro asegura que en la última Junta General no se habló de eso. “No sacamos el tema, de haber sido así hubiéramos votado. Pero no ha sido así”, y continúa “a nivel particular, entiendo esa postura en contral. Si eres católico no puedes estar con los pies en dos lados. Uno tiene que ser consecuente con sus principios”.

De nuevo la tradición, la devoción y la cultura se alían para que San Vicente sea uno de los destinos turísticos para disfrutar en esta Semana Santa.

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