EEUU aprueba un impuesto del 90% sobre las bonificaciones

Agencias

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La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó hoy un proyecto de ley por el que se gravan con un impuesto del 90 por ciento las primas que reciban los empleados que ganen más de 250.000 dólares al año y que trabajen para una compañía que haya sido rescatada por el Gobierno con al menos 5.000 millones de dólares.

La propuesta presentada por la mayoría demócrata contó con 328 votos a favor y 93 en contra y ha surgido en medio de la creciente ira popular y el malestar de la Casa Blanca y el Capitolio desatado tras conocerse que la semana pasada los ejecutivos de la aseguradora American International Group (AIG) se repartieron 165 millones de dólares en bonificaciones.

Respaldada en bloque por los legisladores demócratas, liderados por su portavoz, Nancy Pelosi, la propuesta ha sido duramente criticada por algunos sectores republicanos, que se preguntan por qué la Casa Blanca no hizo algo para impedir que la aseguradora repartiera las bonificaciones la semana pasada.

La intención de los congresistas es recuperar el dinero de esas primas pagadas por una empresa de la que el Gobierno controla el 80 por ciento y que desde septiembre pasado ha recibido hasta 170.000 millones de dólares de fondos públicos correspondientes al plan de rescate para evitar ir a la quiebra.

La nueva carga tributaria no sólo afectará a los ejecutivos de AIG sino a los empleados de otras compañías que hayan sido rescatadas por el Gobierno federal, como los gigantes hipotecarios Fannie Mae o Freddie Mac, o Bank of America y Citigruop, entre otras instituciones.

La aseguradora AIG repartió la semana pasada 165 millones de dólares entre más de 400 empleados, aunque el centro de la polémica son 73 ejecutivos, once de los cuales ya no trabajan en la compañía, que se embolsaron primas por importe de al menos un millón de dólares.

Uno llegó a recibir un jugoso 'bonus' de 6,4 millones de dólares y los siete mayores perceptores se hicieron con más de cuatro millones, mientras que entre los diez máximos beneficiarios se repartieron 42 millones de dólares. Otros 22 ejecutivos percibieron más de dos millones de dólares por cabeza y en total fueron 165 millones de dólares repartidos entre 418 empleados.

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