El cariño ayuda a curar... y también previene

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El vínculo afectivo (apego), factor fundamental que influye en el desarrollo del adolescente y su maduración psicoafectiva, es una pieza clave en la prevención de los problemas de comportamiento y la violencia en la adolescencia. La Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP) y la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) abogan por la atención integral de la adolescencia por profesionales sanitarios hasta la mayoría de edad sanitaria, que en España son los 16 años.

Temas como el papel del apego en el desarrollo psicoemocional del adolescente, cómo trabajar con adolescentes como la estrategia “para y con los jóvenes” (reconocida por la OMS), los nuevos métodos en educación afectivo-sexual, la prevención de la violencia o cuándo un adolescente es maduro para consentir relaciones sexuales, serán debatidos por pediatras de toda España en el Curso de Medicina de la Adolescencia, que se celebra en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid.

SITUACIÓN ACTUAL

El día a día del adolescente actual es una realidad compleja y llena de dificultades. Los adolescentes necesitan referentes adultos que les sirvan de modelo y les pongan límites, siempre partiendo de un vínculo afectivo (apego) seguro. Los padres y los profesores se enfrentan a la educación de los adolescentes “con dudas sobre cómo contribuir adecuadamente al proceso de crecimiento, desde qué roles, desde qué modelos de autoridad; y se angustian frente a las situaciones cotidianas vividas con peso y agobio. Por ello, se necesitan profesionales que orienten y sirvan de apoyo a este colectivo hasta la mayoría de edad sanitaria”, explica Patricio Ruiz Lázaro, pediatra Centro de Salud Manuel Merino de Alcalá de Henares.

En recientes investigaciones cualitativas, se ha valorado mucho la Consulta Joven (atención integral y específica al adolescente) y la accesibilidad a ella, tanto por parte de los adolescentes como de los técnicos sanitarios. En este sentido, se considera importante que la persona que lleve la Consulta Joven sea siempre la misma, con una importante capacidad de empatía, y que garantice al adolescente la confidencialidad que se necesita en un tipo de relación, donde la vinculación emocional es terapeútica.

CONSETIMIENTO

La edad legal para consentir relaciones sexuales en España es de 13 años, mientras que en Reino Unido, que tiene la mayor tasa de embarazos adolescentes de Europa occidental, es de 16 años.

El derecho a consentir requiere que el adolescente haya alcanzado la responsabilidad necesaria para deliberar, formar sus juicios de valor o de conciencia, decidir libremente y ejecutar su decisión. Pero, ¿cuándo se alcanza esta responsabilidad? ¿puede ser simplemente limitada por una regla o ley que comprenda la edad cronológica? ¿se adquiere de un día para otro como subordinación a una fecha determinada?

Según los expertos de SEPEAP y AEPap, la moral y la responsabilidad se van desarrollando durante el crecimiento humano, distinguiéndose tres niveles o estadios en el desarrollo moral: el preconvencional (el bien y el mal en términos de sus consecuencias: premio-castigo); el convencional (se mantienen las expectativas y reglas familiares); y el posconvencional (fuerte impulso hacia principios morales autónomos). “Si bien la mayoría de los adolescentes se encuentran en el estadio convencional, hay adultos en el nivel preconvencional”, señala Ruiz Lázaro.

Aunque los adolescentes no siempre están seguros de lo correcto, se dan cuenta enseguida cuando algo está mal. La gran diferencia con respecto a los niños es que tienden menos a aceptar las condiciones actuales porque “así son las cosas”. En su lugar, tienen capacidad de crítica, ya que pueden imaginar cómo podrían ser las cosas en un mundo donde la justicia fuese real, la gente fuera siempre sincera y el carácter sagrado de la vida humana se pudiera reconocer de verdad.

DESARROLLO COGNITIVO

Desde el punto de vista psicológico, los niños alcanzan un estadio del desarrollo cognitivo denominado “formal-operacional” hacia los doce años, en el que el adolescente comienza a pensar en abstracto, a entender el concepto causa-efecto, a considerar factores múltiples, a establecer hipótesis y a prever las consecuencias futuras de sus actos. Diversos estudios indican que los jóvenes en la adolescencia media (14-17 años) no presentan diferencias cualitativas y cuantitativas significativas en sus habilidades cognitivas respecto de los adultos, lo que implicaría su madurez para consentir.

Según Ruiz Lázaro, “la valoración de la capacidad para otorgar consentimiento o de la madurez psicológica del adolescente para la toma de decisiones sobre su vida, no puede basarse sólo en la inteligencia y la voluntad (entender y querer); debe abarcar, además, la vida afectiva de la persona, la esfera de los sentimientos, pues dos sujetos en igual estadio de desarrollo cognitivo pero con diferente grado de madurez afectiva, no elegirán igual”.

Durante el crecimiento, normalmente ocurren cambios en el volumen de las estructuras cerebrales implicadas en la experiencia emocional, el aprendizaje y la memoria. Esto ha conducido al descubrimiento de que estos cambios difieren entre hombres y mujeres durante la pubertad. Estos resultados pueden tener una gran relevancia en la alta incidencia de la depresión que se da en las mujeres durante la adolescencia, y que se puede manifestar como prosmicuidad sexual.

Un mejor entendimiento de las regiones del cerebro que están aún madurando durante la adolescencia, como la corteza prefrontal, puede ayudar a explicar por qué los adolescentes son más propensos a conductas peligrosas como el abuso de alcohol y otras drogas, que limitan sus habilidades cognitivas para consentir relaciones sexuales.

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