Los tigres tamiles, dispuestos a un alto el fuego

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Los Tigres de Liberación de la Tierra Tamil (LTTE) trasladaron hoy a Naciones Unidas y a la comunidad internacional su voluntad para aceptar un alta el fuego con el Gobierno ceilandés, con lo que se podría poner fin a la guerra civil más larga del continente asiático.

Sin embargo el LTTE rechazan deponer las armas y rendirse, alegando que el mantenimiento de sus armas es necesario para asegurar la supervivencia de la minoría de etnia tamil en el país.

En una carta enviada a Naciones Unidas y a varios países de la comunidad internacional, entre ellos Estados Unidos, la Unión Europea, Japón y Noruega, los rebeldes aseguraron que el Ejército ceilandés utiliza armas pesadas, artillería y lanzagranadas que acaban con la vida de entre 50 y 100 civiles tamiles cada día.

“Más de 2.000 civiles han muerto y otros 5.000 han resultado heridos ya. Es doloroso ver que el mundo permanece en silencio ante este inmenso sufrimiento de seres humanos, como si hiciese gracia lo que está pasando”, señaló el líder político del LTTE, Balasingham Nadesan.

“Ante esta situación el LTTE está preparado para aceptar los llamamientos para el alto el fuego solicitado por la comunidad internacional con la buena intención de dar por concluido este sufrimiento humano. El LTTE desea que este esfuerzo (...) se convierta en conversaciones de paz para buscar una solución política a este conflicto étnico”, añadió.

Estados Unidos, Japón, la Unión Europea y Noruega, que ha jugado un importante papel en la posible solución del conflicto, instaron a principios de este mes a los rebeldes a que consideraran la rendición, renunciasen a la violencia, aceptasen una oferta de amnistía del Gobierno y participasen “como un agente político” para alcanzar una solución al conflicto.

Sin embargo, los rebeldes solicitaron a la comunidad internacional, en la carta enviada hoy, que “detengan los ataques genocidas contra el pueblo tamil” y presionen a las autoridades ceilandesas a que busquen una solución política en lugar de pedir que el LTTE deponga las armas.

El Gobierno de Sri Lanka niega que los ataques de su Ejército tengan como objetivo a civiles y asegura que son los propios rebeldes los que están cometiendo un genocidio al no permitir que los civiles abandonen las zonas de los ataques. “Ellos son los que están causando la destrucción total de la comunidad tamil matando a miles (...) entre ellos políticos tamiles rivales”, indicó el portavoz de Defensa, Keheliya Rambukwella.

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