Comienza el Ciclo Invierno Taurino

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El pasado sábado comenzó el Ciclo Invierno Taurino organizado por la Peña Taurina El Quite en el Centro Cultural de Ibercaja, presentando el acto su presidente Alejandro Lerena. Como invitado, José Luis Gran “Romito”, maño de pro, banderillero en activo hasta el año 1997, vino a presentar su libro 'Ilusiones y Quimeras (ser torero en las capeas)', un libro lleno de anécdotas que recorre su propia vida cuando empezó en este difícil mundo, sin la aprobación de su padre, yéndose tras su ilusión de ser figura del toreo a hacer “la tapia”.

Comenta que perteneció a la última generación de maletillas que iban de ganadería en ganadería pasando incluso hambre en busca de una oportunidad que les llevase al estrellato y que les sacase del anonimato.

Una de las muchas anécdotas que recoge el libro cuenta que su padre muy aficionado a los toros y él con 16 años le dijo que se iba de maletilla, su padre se opuso, le dijo que si se iba que no volviera nunca más y aún así se fue en busca de su sueño. Su abuela le dio un billete de cinco pesetas y él se prometió a sí mismo que nunca se lo gastaría, hasta tal punto que hoy en día lo tiene enmarcado.

A esa generación pertenecieron otros muchos toreros que si que llegaron al estrellato como Dámaso González, Miguel Márquez, etc. y tienen todos ellos en común la seguridad de que los mejores tiempos de su vida fueron esos tres años que pasaron de maletillas, con su hambre y sus penurias, y a pesar de que unos llegaron y otros no la amistad prevalece entre ellos por encima de todo.

Para finalizar nos cuenta que su primer traje de luces fue alquilado y que era toda una zarria pero que Doña Herminia se lo dejó para ese día como si fuera de estreno.

A partir de esta generación se empezaron a crear las escuelas taurinas, que él cree que son mejores que ir de capea en capea jugándote el tipo, esperando una oportunidad.

A pesar de todo, incluso los detalles amargos son bonitos de contar y no dudaría de volverlo a vivir si volviera a nacer otra vez, porque fueron sus tres mejores años en donde incluso

conoció a la mujer de su vida.

Texto de: Rubén R. Casas

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