“El descenso de las peticiones de ayudas agrarias refleja la crisis que atraviesa el sector agrario riojano”

Durante los primeros meses del año los agricultores y ganaderos pueden acceder a las ayudas para inversiones en el sector agrario, la UAGR detecta que este año el ritmo de presentación de solicitudes de ayuda está descendiendo alrededor de un 25% respecto a 2008. Para el sindicato, este es un síntoma visible de la preocupante situación que atraviesa el sector agrario riojano.

Como cada año, la UAGR tramita en sus oficinas las diferentes ayudas a las que agricultores y ganaderos riojanos pueden acceder para complementar sus rentas. Pero en lo que llevamos de mes el sindicato detecta que el volumen de solicitudes es mucho menor que en convocatorias anteriores. En la Unión no extraña este comportamiento, dada la crítica situación que atraviesa el agro riojano:

Descenso de los precios de venta en los cereales de 21-24 céntimos de euro por kilo en las campañas 2007 y 2008 (35-40 pesetas/kg), a los 12 céntimos que se pagan actualmente (21 pts/kg). Esto ha provocado que en La Rioja lo poco que se ha sembrado esta campaña se ha hecho prácticamente sin abonado:

1. No muy buenas expectativas en el sector vitivinícola por la crisis.

2. Hundimiento generalizado de la mayoría de los precios del ganado para vida y para carne desde 2007.

3. La sensación generalizada de crisis económica de la que no se salva ningún sector productivo.

4. A este descenso de los precios se une un aumento desmedido de los elementos necesarios para el cultivo o la cría del ganado (abonos, carburantes, piensos, semillas…).

Pero los precios irrisorios que sufre el sector primario no beneficia a los consumidores, que pagan tres, cuatro o hasta cinco veces más por los alimentos cuando van a comprarlos al supermercado.

Ante esta situación tan grave para el sector, parece normal que los agricultores y ganaderos riojanos eviten realizar inversiones, en algunos casos necesarias, y las dejen para otros años. Si las ayudas públicas deberían servir para que el sector agrario obtenga una rentabilidad mínima que permita continuar en la actividad, sosteniendo el medio ambiente y la vida en los pueblos, la lentitud en su concesión por parte de la Administración riojana suma un importante obstáculo a la ya de por sí crítica situación.