El PNV avisa que ver a Ibarretxe en el banquillo será una “humillación”

Agencias

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El 8 de enero arranca ante el Tribunal de Justicia del País Vasco (TSJPV) uno de los juicios más esperados del año, el proceso que por primera vez sentará a un lehendakari en el banquillo de los acusados.

Además de Juan José Ibarretxe, en este juicio también están acusados los dirigentes del PSE Patxi López y Rodolfo Ares y cinco miembros de la ilegalizada Batasuna, entre ellos Arnaldo Otegi, por los encuentros que mantuvieron durante la última tregua de ETA.

Un juicio que, según el líder del PNV, Iñigo Urkullu, supondrá una “humillación” para “buena parte” de la sociedad vasca que verá como se juzga a un “lehendakari democrática” por “hacer lo que tenía que hacer”.

Por su parte, el líder del PSE mostró su confianza en que el proceso quede “en nada” y afirmó que no se arrepiente de su reunión con Batasuna. Es más, López aseguró que si se dieran las mismas condiciones “volvería a hacerlo” ya que avanzar hacia la paz es su “obligación”.

En la víspera del juicio contra Ibarretxe la Ejecutiva del PNV, con Urkullu a la cabeza, compareció ante los medios de comunicación para dar lectura a una declaración en la que el partido nacionalista califica la vista oral que se celebrará mañana de “grave desatino” que “jamás debería haberse celebrado”. Y es que, señaló Urkullu, el que se sienta en el banquillo de los acusados no es Ibarretxe sino “el diálogo político” y, por tanto, junto al lehendakari “y con él, fundidos en una sola persona, se sentará en el banquillo todo el cuerpo social del PNV”.

Además, el PNV destacó la “la humillación” que supondrá para “una buena parte” de la sociedad vasca ver a “un lehendakari democrático” sentado en el banquillo por “hacer lo que tenía que hacer”. “Situar en el banquillo de los acusados a un lehendakari democrático, en cierta medida, imputa a todos el sistema institucional, generando zozobra y frustración, cuando no sentimientos de humillación en buena parte de la sociedad”, afirmó.

Tras insistir en que lo único que hizo Ibarretxe fue cumplir con su obligación al “mantener reuniones públicas y con un fin legítimo con otros políticos”, Urkullu reclamó al Tribunal que se extremen “al máximo las garantías procesales de todos los imputados”. “Lo que nunca tuvo que iniciarse, por lo menos que se desarrolle dentro de unos parámetros de equidad, proporcionalidad y con el mínimo coste posible para la honorabilidad y la vida política de los afectados”, apuntó el líder del PNV que está previsto que acuda a la vista de mañana junto a otros dirigentes del partido como Andoni Ortuzar, Joseba Egibar o Iñaki Gerenabarrena.

UN “CIRCO JUDICIAL”

Los otros dos socios del tripartito, EA y EB, también arroparán al lehendakari en el juicio ante el TSJPV y cierran filas en torno a Ibarretxe cargando duramente contra este “circo judicial”. A través de un comunicado, EA denunció que este “intolerable” juicio demuestra que parte de la Justicia española aplica la ley desde la “ideología ultra”. El portavoz de EB, Mikel Arana, expresó su confianza en que este “dislate jurídico” acabe cuanto antes y se cierre sin “mayor repercusión”.

En el juicio se juzga a cinco miembros de la ilegalizada Batasuna: Arnaldo Otegi, Rufi Etxeberria, Pernando Barrena, Juan José Petrikorena, y Olatz Dañobeitia, como autores materiales de delitos de desobediencia y a Ibarretxe, López y Ares como cooperadores necesarios para que los hechos considerados delictivos (las reuniones que celebró en al menos dos veces el lehendakari con Batasuna, abril de 2006 y enero de 2007, y la de los dirigentes del PSE en junio de 2006 con miembros de la formación ilegalizada) se materializaran.

Los dos dirigentes socialistas encausados también se refirieron al proceso y lo hicieron asegurar que, de darse las mismas condiciones que se dieron cuando se reunieron con Batasuna, “volverían a hacerlo”. Tras participar en un acto homenaje a Indalecio Prieto en Bilbao, López se mostró optimista y dijo estar convencido de que el juicio “quedará en nada” ya que “no hay nada punible” en su actuación. “No habrá ningún tribunal que pueda decir que la política no tiene que servir para avanzar en el camino de la paz”, sentenció el líder del PSE que además aseguró que “en esas mismas condiciones, en aquel entonces, volvería a hacerlo” porque considera que era su “obligación”.

ERA UNA “OPORTUNIDAD PARA LA PAZ”

“Acudimos con la tranquilidad de saber que no hemos cometido ningún delito más bien al contrario, cumplimos con nuestra obligación, porque cualquier político tiene la obligación cuando hay una oportunidad para conseguir la paz”, afirmó el candidato socialista a lehendakari. En esta misma línea se expresó Rodolfo Ares que “con toda sinceridad” aseguró que en las mismas circunstancias “volvería a hacer lo mismo”.

“Entre otras cosas por que si no lo hubiera hecho no hubiera podido mirar a los ojos de los familiares de las víctimas sabiendo que podía haber hecho algo para que el proceso de paz avanzara y no haberlo hecho”, afirmó el portavoz de los socialistas vascos que aprovechó para acusar al PP de tener una actitud “irresponsable y mezquina” y “pretender llevar a los tribunales la política”.

Precisamente el portavoz del PP vasco, Leopoldo Barreda, señaló que, independientemente del resultado del juicio, lo que ahora ya está claro es que reunirse con Batasuna fue “un error político manifiesto” y apuntó que ver sentados en el banquillo de los acusados a Ibarretxe, López y Ares “es consecuencia de una política de negociación con ETA que vivimos hace algunos años y que supuso la legitimación de ETA”. Un “error”, señaló Barreda, cuyas consecuencias seguimos viviendo“ como demuestra el hecho de que ”ANV sigue al frente de más de 40 alcaldías“.

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