Inocente cumple 107

Rioja2

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No tiene azúcar, ni colesterol, ni toma pastillas, ni suele ponerse enfermo. Come con apetito y por las tardes le gusta ir al bar para tomarse su café. Pero eso no es todo, porque además Inocente puede presumir de tener una memoria privilegiada…

¿Se cuida usted mucho?

Uno tiene que alimentarse muy bien para vivir tantos años…

Mucha agua y en ayunas.

Pero también come dulces. Porque nos han dicho que por las tardes nunca se pierde su café…

Café con leche y veo jugar a las cartas.

¿A qué le gustaba jugar a usted?

Al guiñote, y ver la pelota y los toros. Pero el fútbol no.

¿ Y los libros?

A los 22 años era analfabeto. Y fui con un maestro para aprender a leer y escribir.

¿Y aprendió?

Sí. Me compraba el periódico a medias con el veterinario. Primero lo leía él y luego yo.

Ahora con la crisis hay gente que no tiene dinero ni para comprarse un periódico…

No hay mejor lotería que el trabajo y la economía.

Veo que le gustan los refranes. ¿Se acuerda de muchos?

Claro. Cuentan de un sabio que un día tan pobre y mísero estaba, que sólo se sustentaba de unas hierbas que cogía. “¿Habrá otro –entre sí decía- más pobre y triste que yo?” Y cuando el rostro volvió, halló la respuesta viendo que iba otro sabio cogiendo las hierbas que él arrojó.

Parece que quiere contarnos uno más…

Cuando vienen del campo los labradores vienen contentos y vienen cantando, de ver cómo las espigas de oro ya van granando.

¿En qué trabajó usted?

Yo en el campo, de pastor, con cabras toda la vida, y luego la carnicería hasta jubilarme.

Ahora tendrá mucho tiempo para estar con la familia. ¿Tiene muchos nietos?

Muchos. Y una mujer que fue lo mejor del mundo, y muy guapa.

Entonces ha sido usted feliz.

Muy feliz

Pues que siga siéndolo. Felicidades.

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