El Rincón del Buen Decir: Entre siglos y siglas

Rioja2

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Si la semana pasada les comentaba que el exceso de trabajo me hacía hablar de una forma...extraña, en esta ocasión mi vocabulario se ha visto afectado por la cantidad de letras sueltas pero unidas que encontramos en infinidad de documentos. Se trata de las siglas. Si de por sí hacemos difícil la comunicación entre nosotros, imagínense cuando a nuestro interlocutor le da por introducir en su conversación términos que parece que está deletreando, como HTTP o HDD.

El ejemplo no lo tenemos demasiado distante en el tiempo, cuando un presentador de informativos leyó literalmente una noticia en la que CC. OO. participaba, separando cada una de las letras y resumiendo la organización sindical en cuestión: Comisiones Obreras.

El Diccionario de la Real Academia define el término sigla como 'palabra formada por el conjunto de letras iniciales de una expresión compleja'. Además, debemos diferenciar el acrónimo, definido como 'tipo de sigla que se pronuncia como una palabra'. Con estas dos definiciones ya podemos comenzar nuestro viaje por el mundo de las siglas y las abreviaturas.

El campo que más muestras nos ofrece de este tipo de recurso lingüístico, que permite economizar el lenguaje, es el de la informática y la tecnología. Informáticos y entendidos se pasean por el largo camino de las siglas para resumir expresiones que utilizan día sí y día también. Desde los términos más sencillos, utilizados por casi todo el mundo y recogidos o propuestos a la Academia para su inclusión en su Diccionario, hasta complicadas combinaciones de las iniciales de las palabras de la expresión.

El DRAE recoge en su haber: CD, 'Disco compacto', toma las iniciales de la expresión “compact disc”; DVD que se define como 'disco óptico que contiene en forma codificada imágenes y sonidos para ser reproducidos en la pantalla de un equipo electrónico' y que le roba las iniciales a la frase “digital video disc”; ADSL, 'Sistema digital de modulación de señales que permite la transmisión a través de la línea telefónica con elevado ancho de banda y mayor velocidad hacia el abonado que desde este hacia la central' y que sintetiza la expresión “asymmetric digital subscriber line”; o la popular GPS, 'Sistema que permite conocer la posición de un objeto móvil gracia a la recepción de señales emitidas por una red de satélites' o lo que es lo mismo “global positioning system”.

Además de éstas que sí están recogidas por la Real Academia, existen otras muchas que están extendiendo su uso y que cada día más personas hacen uso de ellas. Por ejemplo, las tiendas virtuales que se van haciendo populares entre los usuarios de la Red de redes se pueden resumir en la fórmula B2C; cuando mandamos un correo electrónico, o e-mail, podemos hacer con CCO, o lo que es lo mismo “con copia oculta”; el lenguaje que se utiliza para la programación de páginas web recibe el nombre de HTML, resumiendo la frase “hyper text markup language”; HTTP, “hyper text transfer protocol” es el protocolo de transferencia de hipertexto (para el que no entienda de informática una explicación bastante oscura, pero, para los entendidos, palabrejas de andar por casa); las conocidas tres uves dobles que hay que poner delante de cualquier dirección de Internet son la síntesis de “wold wide web”, 'red mundial para Internet'; y la sigla que aparece cuando descargamos un archivo de la red es kbps, o lo que es lo mismo “kilo bits por segundo”.

Pero las siglas no existen sólo en el mundo de la tecnología y la innovación, de los cerebritos y los sabiondos de Internet, sino que nos podemos topar con ellas en cualquier ámbito de nuestra vida. Por ejemplo, cuando acudimos a una reunión en la que se discuten mejoras y problemas de los colegios de nuestros hijos, decimos que estamos en la AMPA, 'asociación de madres y padres de alumnos', antiguamente de pronunciación más sencilla, APA, 'asociación de padres de alumnos'. Todo sea por complicar a los hablantes con esa M que denota que el lenguaje está dejando de ser sexista (ya hablaremos de esto en otro capítulo del Rincón).

El mundo de la Iglesia también da pie a que las siglas hagan su aparición. Lejos queda ya el a. C. o el d. C. (antes de Cristo y después de Cristo) o el RIP o DEP, 'descanse en paz', porque en cualquier momento, en una misa o al recitar una oración, uno de los curas modernos que hay hoy en día, nos puede sorprender con una nueva sigla: aDg, resumen de 'a Dios gracias'.

El ámbito de la medicina también se aprovecha de este recurso lingüístico para resumir largas expresiones o palabras imposibles de pronunciar correctamente. Es el caso de ADN, 'ácido deoxybonucleico', o DDT 'Diclorodifeniltricloroetano', un insecticida venenoso.

Los partidos políticos se dan a la utilización de la sintetización de las iniciales de los sobrenombres que añaden a Partido. La más curiosa que he encontrado es CAYC, 'ciudadanos agobiados y cabreados'. También existen siglas que teniendo un significado propio que todos conocemos puede ser resumen de una expresión completamente diferente, es el caso de ETA, que conocemos como el grupo terrorista del País Vasco, y que también puede ser la síntesis de la expresión 'hora de llegada estimada', del inglés “estimated time of arrival”.

En las instrucciones de uso de un televisor siempre hay sitio para un apartado de FAQ, 'preguntas más frecuentes', traducción de la expresión inglesa “frequently asked questions”. Y, continuando con las instrucciones de los aparatos, no es de extrañar que en cualquier telefonillo haya una pegatina que diga: PTT. Échenle imaginación, ¿qué puede significar? Nada más y nada menos que 'pulse para hablar', proveniente de “push to talk”.

En el entorno de las relaciones personales están comenzando a utilizarse siglas de este tipo. Ahora ya no se tiene novio aunque se siga viviendo con los padres. Ahora se es un LAT, “living apart together”, traducido como 'vivir por separado siendo pareja'. Y, ¿se han parado a pensar de dónde viene el nombre de esos balnearios que tan de moda están, esos spa? Pues proviene de una expresión latina, “salus per aquam”.

Pero con las siglas podemos llegar mucho más lejos. En una conversación con un amigo de toda la vida, en la que se cuentan los problemas del día a día, no es de extrañar que en cualquier momento nos diga: Mis AVD son siempre las mismas. ¿Mis qué? Señoras y señores: ¡¡Mis Actividades de la Vida Diaria!! Aunque el colmo de los colmos llegará cuando nuestra pareja nos mande abrir el FRB (frigorífico) para sacar un huevo.

Al parecer, la crisis está llegando al lenguaje y cada día se inventa una nueva fórmula para decir más palabras con menos letras. Seguramente conozcan otras muchas siglas o acrónimos que no hemos mencionado en el artículo, si así es no duden en mandarnos sus sugerencias.

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