Niño obeso, cuerpo de mediana edad
En el congreso anual de la Sociedad Americana de Cardiología (AHA) acaba de presentarse un estudio que advierte que los niños obesos, en los que ya se han detectado hipertensión, resistencia a la insulina y niveles de colesterol impropios de su edad, tienen también depósitos de grasa dentro de las arterias, una condición que les convierte en pacientes de alto riesgo cardiovascular.
Los niños obesos con niveles elevados de lípidos (grasa) en sangre son más proclives al deterioro prematuro de las arterias. Es la advertencia de un estudio que acaba de presentarse en el encuentro anual de la Asociación Americana de Cardiología (AHA). Lo firma un grupo de científicos de la Universidad de Missouri (Estados Unidos).
De acuerdo este trabajo, la arteria del cuello (carótida) de un niño obeso se parece más a la de un adulto de 45 años que a la de sus compañeros sanos. Geetha Raghuveer, directora del trabajo, recordaba al presentar sus datos el dicho de que “uno es tan viejo como sus arterias”, así que la salud cardiovascular de estos chavales puede ser tan delicada como la de una persona mayor.
Para llegar a estas conclusiones, los científicos analizaron a un grupo de niños con sobrepeso u obesidad y examinaron el grosor de sus arterias con una prueba de ultrasonido. Cuanto más gruesas son, un valor que se expresa con las siglas CIMT, mayor es la presencia de placas de ateroma (grasa acumulada) en las arterias que riegan el corazón y el cerebro, una alteración entre cuyas consecuencias se cuentan el infarto de miocardio y el cerebral.
La población estudiada fue de 34 niños y 36 niñas con una edad media de 13 años, todos ellos considerados de riesgo. Más de la mitad de ellos eran obesos. Los pequeños cuyos triglicéridos superaban los 100 mg/L eran los más proclives a mostrar una edad vascular avanzada. En palabras de Raghuveer, “ésa debería ser una señal de alarma para el médico de que está ante un paciente con alto riesgo de desarrollar cardiopatía”.
Los autores matizaban también en un encuentro con los medios que será necesario corroborar este hallazgo y buscar posibles fórmulas para solucionar este grave problemas de salud. En principio, hay antecedentes en investigaciones que proponen reducir el CIMT de niños con riesgo extremadamente alto recurriendo a medicamentos, así como trabajos que sugieren que la actividad física puede mejorar el estado de los vasos sanguíneos de niños con Índice de Masa Corporal superior al normal.
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