La portada de mañana
Acceder
El ataque limitado de Israel a Irán rebaja el temor a una guerra total en Oriente Medio
El voto en Euskadi, municipio a municipio, desde 1980
Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

'Good Bye', Bush

Rioja2

0

Bush siempre fue un joven divertido, directo y sin grandes problemas. Gozaba de una fortuna familiar más que confortable, así que se dedicó a vivir la vida sin hacer muchos esfuezos en sus años universitarios. Su mejor compañera fue una botella de alcohol, de hecho, George Walker Bush, hijo de un presidente norteamericano, confesó su adicción al alcohol cuando presentó su candidatura a las primarias del Partido Republicano en 1999. Pero Bush había dejado de beber en 1986, gracias a su familia y a Dios, con el que habitualmente hablaba y quien le aconsejó en alguna ocasión, qué hacer con la política internacional.

Ha pasado mucho tiempo desde aquel noviembre de 2000, cuando George Bush arrebató la presidencia de los Estados Unidos al demócrata Al Gore en medio de un empate técnico y una polémica sobre el recuento de votos de Florida, que finalmente, el Tribunal Supremo zanjó un mes después a favor de Bush.

El presidente texano demostró un total desconocimiento en política exterior y cuestiones económicas, que lo compensó con un trato cercano, amable y hasta gracioso. Lo malo fue, que sus acciones como presidente no tuvieron mucha gracia, sobre todo a partir del 11-S.

Cuando Osama Bin Laden atentó contra las Torres Gemelas de Nueva York y asesinó a casi 3.000 personas, el mundo comenzó a cambiar. Y al mando de la nación herida estaba George Bush que inició una guerra sin cuartel contra los talibanes en Afganistán para luego fijar su objetivo bélico en Irak.

Alegando la existencia de armas de destrucción masivas, Bush comenzó lo que su padre no pudo terminar: derrocar el Régimen de Sadam Hussein con la Guerra de Irak el 20 de marzo de 2003. Una guerra ilegal ante la Comunidad Internacional y ante las opiniones públicas de Estados Unidos y de todo el mundo. Desde entonces, han muerto un millón de personas en Irak en estos cinco años, pues tras la detención de Sadam Husseim, el país está sumido en una postguerra infernal, gobernado por el terrorismo islámico que cada día mata a centenares de personas.

En el verano del primer año de la segunda era Bush, el huracán Katrina asola Nueva Orleans, en el que centanares de personas perdieron la vida y millares sus hogares. La falta de acción del gobierno de Bush dejaron en evidencia la pasividad de Washington ante los problemas de la América negra y profunda.

Bush se ha negado a colaborar con la Comunidad Internacional en la lucha contra el cambio climático al no firmar el protocolo de Kioto y ha protagonizado diversas intentonas de agresión contra países musulmanes como Siria o Irán.

Los últimos escándalos de algunos políticos de su gabinete unidos a la grave crisis económica y financiera motivadas por las “hipotecas basuras” por la que atraviesa el país, han convertido a George Bush en un presidente que muchos quisieran olvidar. Good Bye, Bush.

Etiquetas
stats