Plan ambiental en peligro
Francia, a quien corresponde la presidencia rotativa de la Unión Europea, pone en juego su reputación al intentar que se alcance un acuerdo contra el cambio climático con un compromiso de reducir las emisiones en un quinto antes de 2020.
Se teme que en una situación de crisis económica como la actual el presidente Nicolás Sarkozy haga tantas concesiones a los países reacios al acuerdo en contra del cambio climático que las leyes para su protección queden anuladas en la práctica, aunque de momento no se plantea que vaya a romper el consenso abiertamente.
Entre los grandes retos están lograr la adhesión de China, Rusia y otros de los países más contaminantes para que el recorte de emisiones que se acuerde en la próxima reunión de Copenhague (Dinamarca) sea significativo.
La situación podría ser aún más difícil cuando la República Checa tome el relevo a Francia en la presidencia de la Unión Europea, ya que el presidente del país es bastante escéptico en lo que se refiere al cambio climático.
Los antiguos estados comunistas vienen quejándose hace tiempo de que el plan para el recorte de emisiones de gases contaminantes supondrá un coste insoportable para sus ya de por sí maltrechas economías.
El caso es que la alianza parece frágil, pero el mes pasado ganó además un detractor inesperado al amenazar el Primer Ministro italiano Silvio Berlusconi con vetar todo el plan para proteger la industria de su país.
Un fracaso en Copenhague supondría una dificultad añadida para el establecimiento de un acuerdo mundial a favor del medio ambiente.
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