Descienden las bajas laborales en La Rioja

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@page { size: 21cm 29.7cm; margin: 2cm } P { margin-bottom: 0.21cm } “Mis compañeros me comentan que ha disminuido el número de casos de algias”, asegura Antonio Justa, coordinador médico de Mutua Universal en La Rioja. Algia es como los facultativos denominan a ese dolor indeterminado y subjetivo. Es aquello de: “doctor, me lleva doliendo la espalda desde hace días y al coger una caja... no puedo”.

Estas 'patologías refugio' dependen del paciente y de la relación que tenga con su médico de cabecera. Desde Mutua Universal nos explican la situación, por ejemplo, de un médico en un pueblo pequeño. Cuando un paciente le pide la baja, éste, seguramente, se la dará porque mantienen un fuerte vínculo. Es decir, el médico asistirá a esa persona, probablemente, durante toda su vida.

“Yo tengo claro que las duraciones de las bajas, en un porcentaje alto, dependen de la voluntariedad del paciente. Del hombre que viene con un corte o con un hueso roto, no hay ninguna duda. El problema es que este tipo de casos representan tan sólo un 20 por ciento de los que nos entran”, asevera Rodrigo Pino, director de Mutua Universal. Antonio Justa nos enseña el gráfico de enfermedades crónicas, es decir, de las bajas que duran más de 6 meses. En él se ve reflejado que el número de este tipo de casos se mantiene estable en el tiempo.

La Mutua Universal es un buen barómetro para medir el estado de salud de los trabajadores riojanos, ya que alberga aproximadamente a uno de cada tres. En total, esta mutua acoge a unos 30.000 trabajadores de un total de 97.600 que se registraron en septiembre en La Rioja. En esta tabla del Ministerio de Trabajo cabe destacar el considerable descenso del número de trabajadores en activo desde abril, 99.000, hasta el pasado mes.

En el gráfico con los resultados de bajas de los trabajadores protegidos por esta mutua se puede observar un punto de inflexión, sobre todo, a partir de abril, que es cuando se empezó a hablar de que la crisis ya estaba encima. Si comparamos los resultados de 2008 con los de 2007 se ve claramente que en el presente año hay, en general, una tendencia a la baja y que, sin embargo, en el año anterior existió una propensión al alza.

Marzo ha sido el mes de 2008 en el que hemos tenido los números más altos en todos los gremios y se nota cómo la crisis ha provocado que todo el mundo apriete a partir de abril”, afirma Antonio Justa. Traducido en datos, en el tercer mes de este año, se registró una media de 378 pacientes de baja por enfermedad o accidente laboral, mientras que en septiembre se contabilizó una media de 326.

En el del sector de autónomos se puede observar cómo baja el número de casos a partir de abril por enfermedad o accidente, pero no en la misma medida que en los trabajadores por cuenta ajena. Los únicos resultados de bajas que aumentan son los de los contratos temporales. “El que se va a quedar sin trabajo, justamente se coge la baja. De esta manera sigue cobrando. Nos han llegado a entrar hasta cinco bajas en un mismo día de una misma empresa. Eso nos indica que va a pasar algo, como una regulación de empleo”, indica el director de Mutua Universal.

BAJAS FRAUDULENTAS

En un principio el control es de las mutuas, pero cuando se le agotan todas las vías, tanto administrativas como de persuasión. Cuando se tienen pruebas objetivas, como radiografías o resonancias que demuestran que esa persona no tiene nada. Cuando médicamente se sospecha que el supuesto enfermo está practicando un fraude, se contrata a un detective.

“Un caso curioso fue el de un hombre que tenía paralizado el brazo. Al hacer maniobras, le provocaba dolor, pero aquello no cuadraba. Se le hicieron todo tipo de pruebas y no había ninguna alteración. Se contrató a un investigador y no tardó ni cinco minutos en resolver el caso. Tenía la moto aparcada aquí, casi en la puerta de la mutua. Se puso el casco y se marchó”, cuenta el coordinador médico entre sonrisas. A esta persona se le cortó el pago radicalmente y, por supuesto, no hubo reclamación de ningún tipo por su parte. A pesar de todo, la mutua no emprendió ningún proceso judicial contra él.

“Hay otro caso de una persona en un pueblo que decía que no podía trabajar, pero no tenía ningún sentido. Luego nos enteramos de que se estaba haciendo una casa. También hemos tenido otra persona que se cogió la baja el día en que le daban las vacaciones de verano a los chiquillos y el alta el día de antes de que volvieran al colegio. Seguramente, no tendría a nadie para dejarle a los niños”, apunta Rodrigo Pino, quién nos comenta que estos últimos casos suelen corresponder a personas con contrato fijo que están respaldadas por una antigüedad y una estabilidad, sobre todo, habla de funcionarios.

El director considera que en los últimos años, muchas empresas han adolecido de mano de obra y, por lo tanto, han tenido que tragar con carros y carretas. Ahora las cosas están cambiando y Rodrigo supone que lo que harán las corporaciones es despedir primero al trabajador más absentista.

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