El mercado profesional y la carcajada de Warren Buffet

Rioja2

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La semana pasada cuando cruzaba la compra de un repo de renta fija en mi cartera de acciones, llamé al broker y se me ocurrió citarle el mantra que muchos analistas de la cosa repiten constantemente durante los últimos días: - las Bolsas están para los profesionales. Y me contesta: - quién es el profesional, porque aquí palma todo el mundo. Los mercados financieros están en plena hégira de inyecciones, intervenciones gubernamentales, y sobre todo la pérdida de confianza de las entidades de crédito entre sí, un hecho accidental e irreversible en el capitalismo de nuestros días. Durante la fiesta, los bancos se prestaban entre ellos, poniendo como garantía los créditos hipotecarios debidamente “equitizados”, esto quiere decir que el montante de la deuda subprime, se mutó en bonos basura y otros vehículos financieros de baja calificación crediticia que después eran recomprados, así hasta que la fuente de la liquidez se secó. Estuvieron en las carteras de las grandes gestoras de patrimonios hedge-fund, hasta que aparecieron los osos comiendo rebaños enteros de gacelas en Wall St allá por agosto de 2007. Ahora a toda esta titulización residuo se le denomina activo tóxico, porque ya no es aceptado como garantía en el mercado interbancario, por lo que antes de que se venga el chiringuito abajo, y al ser odiado por las gestoras de los hedge funds, es comprado por los sovereing funds (fondos soberanos o gubernamentales), o bien adquirida mediante nacionalización decretada por los gobiernos comunistas occidentales.

Del Rey para abajo, también hay sufrimiento. Faltaría más. Un ejemplo fácil de entender es que, al igual que muchas familias no podrán afrontar sus hipotecas, quienes se las han concedido tampoco devolverán lo prestado por otros bancos. El dinero es su materia prima y ante la carestía de la commoditie se impone la insolvencia y la quiebra. Aparece otro mantra: -eso no sucederá en España. El Gobierno no lo permitirá. Sentencias que me animan a no tomar muy en serio las declaraciones institucionales y de los funcionarios académicos, estos últimos más preocupados por la influencia del ruido del motor del ventilador de sus despachos, mientras confían en la salvación del gobierno que les paga. Quítenselo de la cabeza, porque sería indeseable que el Estado saliera al rescate del personaje de Alberto Noguera, Pepito Relámpago, con el dinero de los contribuyentes.

A veces en las universidades hay otros profesionales que van más allá del dictado de probos apuntes amarilleados. Es el caso del profesor de la Facultad de Economía IQS de la Universitat Ramón Llull Santiago Niño Becerra, quien en una entrevista concedida a un medio catalán el 8 de abril de este año, y ante la pregunta del periodista, si la nacionalización del banco estadounidense Bear Stearns era algo anecdótico, comentaba que esto no había hecho más que empezar con las subprime norteamericanas y que el fuego se extendería por todo el mundo. Requerido acerca de los probables efectos en España, sentencia: “(…) el problema de España no será básicamente financiero, será un problema de economía real y de empleo”. A don Santiago le han caído chuzos de punta por no ser negacionista como la mayor parte de sus colegas, bien ubicados a salvo de la crisis.

Parece ser que los mercados bursátiles contemplan ese escenario global. Por lo que respecta a España, se ha vivido la farra del ladrillo al más puro estilo ibicenco, llena de excesos, y cuando se han apagado las luces de la discoteca para escotar el consumo, se ha contemplado con consternación el fin del dinero swap (credito fácil difícilmente respaldado). No nos engañemos, pues esto es solo la parte visible del iceberg. Ante la incertidumbre del saber qué es lo que se oculta bajo la flotación, se multiplican la insolvencia, la desconfianza crediticia, la caída brutal del consumo, la inflación galopante, y sobre todo la pérdida del empleo, fuente de todos los demás males. Todo esto no augura nada bueno. Sí; es cierto que una situación parecida se vivió en 1992-1993, pero entonces el nivel de deuda que disponían las familias y cómo se solucionó, no tuvo nada que ver con la situación actual. Entonces existía una reserva de ahorro familiar para afrontar una crisis coyuntural. Además, donde no llegó la caja de los papás, sí lo hicieron los bancos mediante crédito; hoy le echarían a patadas ambos. Me temo que una situación como la actual, habría que buscarla en los libros de historia económica. No sé; quizás cuando John Law se piró a Venecia a comienzos del S.XVIII antes de que le decapitaran los inversores estafados, dejando desecha la bubble de la Compañía francesa de las Indias orientales.

Los mercados financieros descuentan los escenarios en el Infierno de Dante. Es por eso por lo que los expertos, como no tienen mucho que contar, utilizan el eufemismo de mercado técnico o para profesionales. El análisis técnico de un índice o de una empresa cotizada no nos diría nada acerca de esta situación porque, como cuenta el entrenador de jornaleros bursátiles Ignacio Sebastián de Erice, solamente mostrarían qué es lo que pasó, por lo que no enseñarían nada de lo que pudiera suceder. Mientras tanto la creencia en los fundamentales de una empresa cotizada, su PER, beneficios después de impuestos, el dividendo, serían buenos indicadores para perder todas las perras puestas en un valor. Puede que las palabras fe, amor a la empresa, confianza en los reguladores estatales,…solamente sirvan en el templo y ante la urna, ya que en la Bolsa son útiles para echar a perder el capital invertido. Jamás, es la clave: “jamás dejaré que se evaporen mis ganancias, jamás operaré sin stop, jamás me quedaré pillado, jamás promediaré a la baja en un valor, jamás iré contra la tendencia del mercado, jamás agarraré un cuchillo cuando cae….” Y sobre esto, los mercados financieros no han hecho bottom (suelo), por lo que asistimos a sucesivos rebotillos del gato muerto en el IBEX, que indican un aspecto conocido por los profesionales: un escalón más para abajo en una tendencia de caída. Sin embargo, recomiendan compra fuerte de todos los valores sólidos. Recuerdo a los pacientes lectores que Terra también lo fue a 98.00 Euros, como Teléfonica a 33.00 Euros. La primera fue excluída de Bolsa a un precio no superior a los 4.00, mientras que “las Matildes” hicieron suelo en el 2002 sobre los 7,40.

Los profesionales los tienen de corbata porque por primera vez en mucho tiempo desconocen absolutamente por dónde van los tiros de las manos fuertes del mercado. Sobre tópicos bursátiles hay que decir que se adelanta a los acontecimientos de la economía real, por lo que cuando se habla de mercados, indefectiblemente se deriva hacia el beneficio de las empresas y en consecuencia se relaciona con la economía, con el precio del pan, el manojo de puerros, la botella de vino, el empleo y el plan de pensiones.

Los no profesionales, los que pagamos impuestos corrientes, los que a duras penas levantamos hipotecas, protestamos las letras del viaje a Fernando Poó y las facturas del cambio de ruedas al cayenne, parece que nos la trae al fresco el IBEX, indicador importante, al menos en España.

Opino que la Bolsa está hecha para los profesionales y no profesionales, aunque estos se cisquen en los derrumbes del NYSE Stoxx de Wall St, porque en tanto que les dure la carcajada y se rían por aquello de que “son cosas para ricos”, “eso solo pasa en los EE.UU, aquí no va a quebrar ni Dios”, es muy posible que a finales de mes, siguiendo el lema patronal “se paga y se despide”, tengan una carta desagradable en el buzón de su taquilla. Es por lógica; si caen los beneficios empresariales, los más vulnerables se van a la mierda; en cambio, un triunfador de verdad como Warren Buffet, el oráculo de Omaha, seguro que ése, ni se entera. El que ríe ultimo……

(Anexo de la conferencia impartida en la sede de Logroño del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Aragón y La Rioja el 2 de Octubre de 2008)

Joseba Imanol Lugaresaresti

Jornalero “profesional” de la Bolsa

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