Beronia lanza un vino ecológico
Bodegas Beronia ha lanzado al mercado un crianza de Viticultura Ecológica. Este nuevo vino es el resultado de la apuesta de González Byass por el desarrollo de los productos de alta calidad a través de la continua investigación y desarrollo de los procesos de elaboración, según informa la empresa en una nota. Con el Beronia Ecológico “se aúna tradición y modernidad, recuperando la forma de cultivo y la obtención de vinos tal y como lo hicieron los antepasados de la zona, los Berones”.
Bodegas Beronia controla 6 hectáreas de viñedo ecológico de la variedad Tempranillo. Con una edad media que oscila entre 20 y 25 años, estos suelos son arcillosos calcáreos y poseen un sistema de cultivo en espaldera que permite una mayor exposición de horas solares.
La Viticultura Ecológica es la forma tradicional de elaboración del vino. El cultivo de las viñas es respetuoso con el medio ambiente y los viñedos no han sido tratados con herbicidas, pesticidas ni abonos químicos. Asimismo, la fermentación debe llevarse a cabo con levaduras naturales y la clarificación se realiza con proteína de origen vegetal.
Se precisan un mínimo de tres años para la reconversión de un viñedo convencional a la viticultura ecológica. Tras este periodo, Bodegas Beronia ha experimentado con uvas ecológicas y ha obtenido un excelente resultado que se ha materializado en un elegante crianza de producción limitada de 18.000 botellas que responde a la preocupación creciente por el medio ambiente.
No todas las añadas son aptas para la elaboración de vinos ecológicos por la calidad y bajo rendimiento. Bodegas Beronia ha seleccionado la añada 2005 al convertirse en la perfecta combinación de ambos factores y que la convierten en una de las 31 bodegas de La Rioja que hacen vino ecológico y que poseen el sello del Consejo Regulador de Agricultura Ecológica.
La vendimia de uva tinta de esta añada se inició el 15 de septiembre en la Rioja Baja y concluyó el 29 de octubre. Las uvas entraron en bodega con graduación alcohólica alta, buenos niveles de antocianos y PH y acidez total adecuados. Las fermentaciones fueron normales con una buena extracción de materias colorantes mediante maceración y remontados, con lo que se consiguieron los antocianos necesarios.
La fermentación malo-láctica se realizó lentamente y en periodo posterior a la fermentación alcohólica. Una vez transformado el ácido málico, cuyo contenido era medio, en ácido láctico, el vino adquirió sensaciones aterciopeladas, suavizándose los aspectos tánicos.
Permaneció 12 meses en depósito y, posteriormente, otros 12 meses en barricas de roble americano. Mediante trasiegos semestrales, se obtuvo una evolución pausada y armónica de sus caracteres.
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