Seis décadas en 3 minutos: el Túnel de Piqueras, abierto

Seis décadas han mediado entre el año en que, por primera vez, se pidió una solución para un tránsito más rápido y seguro entre los municipios de La Póveda de Soria (Soria) y Lumbreras (La Rioja), y el día de hoy. Más de medio siglo para vivir un acontecimiento, diríase que histórico, para las comunidades castellanoleonesa y riojana: la apertura definitiva al tráfico del Túnel de Piqueras. Sesenta años para tres minutos de recorrido bajo roca, el que este viernes han realizado por vez primera los que hasta allí se han acercado.

Un momento para la posteridad, tan ansiado como polémico, que ha comenzado a las once de la mañana, con un acto sin boato en la boca del túnel en Soria para culminar con la apertura definitiva de la infraestructura al tráfico rodado alrededor de las doce y cuarto de la mañana.

Los delegados del Gobierno de España en La Rioja y Soria, José Antonio Ulecia y Miguel Alejo, han sido los encargados, junto al director de obra, Rafael Rodríguez, de oficiar el acto de apertura -que no inauguración- del túnel.

“Hoy es un día feliz para riojanos y sorianos”, ha asegurado José Antonio Ulecia, que ha destacado la puesta en funcionamiento del Túnel de Piqueras como un acontecimiento “largamente deseado”: “Permitirá que el puerto permanezca abierto con mucha seguridad durante los 365 días del año”.

El delegado de Gobierno en La Rioja, que ha subrayado la modernidad de la nueva infraestructura, ha aprovechado para recordar a “todos aquellos que han empujado” el desarrollo del proyecto. Entre ellos, Ulecia ha dedicado especiales palabras a Javier Sáenz de Cusculluela, ex ministro riojano de Obras Públicas y, según el delegado, “profundo conocedor” y propulsor de los estudios y anteproyectos que derivaron en la Declaración de Impacto Ambiental del túnel en 1995 y continuaron con la redacción del proyecto definitivo en 2002.

Por su parte, el delegado de Gobierno en Soria, Miguel Alejo, ha señalado que el Túnel de Piqueras debe servir para “sacar lecciones y conclusiones” para la obra pública del futuro. Sobre todo, según ha argumentado, a raíz de la crisis económica “complicada” que actualmente atraviesa el país. “La obra pública deberá hacerse con eficacia y eficiencia porque los ciudadanos y la situación lo exigen”, ha asegurado. A este respecto, Alejo ha insistido en la preocupación del Gobierno de España en el fomento de la obra pública como instrumento de creación de empleo, destacando a ésta como la “segunda prioridad” del Ejecutivo central, que en los Presupuestos Generales del Estado para 2009 se verá incrementada en un cinco por ciento.

Al evento, han asistido, entre otras autoridades, el secretario general del PSOE en La Rioja, Francisco Martínez-Aldama y el alcalde de Logroño, Tomás Santos. Entre las ausencias más significativas, se ha dejado notar la del presidente del Gobierno de La Rioja, Pedro Sanz, que, en cambio, ha optado por realizar su propia convocatoria de prensa tres cuartos de hora después en la boca opuesta del túnel, el lado riojano.

2,4 KILÓMETROS DE TÚNEL

Más allá de polémicas, la infraestructura que, desde este viernes, conectará tierras sorianas y riojanas salva el Puerto de Piqueras, un tramo de 4,7 kilómetros en la carretera N-111, y ha exigido una inversión de algo más de 75,3 millones de euros. El túnel, de 2,4 kilómetros de longitud y una sección de excavación de aproximadamente cien metros cuadrados, tiene una anchura de doce metros distribuida entre dos carriles de 3,5 metros y dos arcenes de 1,5. Los vehículos que por él circulen deberán respetar una velocidad máxima de 100 kilómetros por hora.

Las instalaciones y equipamientos de seguridad son entre otros: sistemas de evacuación de vertidos y filtraciones, postes SOS, dispositivos de detección y extinción de incendios, ventilación, iluminación y circuito cerrado de televisión.

Además, se ha construido una galería de evacuación paralela al túnel principal, que tiene una sección de excavación de aproximadamente 25 metros cuadrados y una sección libre de 21 metros cuadrados. Su longitud es de 2.506 metros y está conectada con el túnel principal mediante 11 ataques perpendiculares de dimensiones similares a los de la galería, situados cada 200 metros. Está equipada con dispositivos de iluminación, ventilación, detectores de movimiento y circuito cerrado de televisión entre otros.

El proyecto también ha exigido una serie de actuaciones medioambientales, cuyo coste han ascendido a más de 1,8 millones de euros, y que han consistido fundamentalmente en el tratamiento y depuración de las aguas empleadas en todos los trabajos de excavación y las propias de los terrenos atravesados por el túnel y la galería de evacuación, plantaciones, siembras e hidrosiembras ejecutadas en unos 300.000 metros cuadrados de terreno, seguimiento arqueológico y medioambiental de la línea de alta tensión de 45 kV y dispositivos salvapájaros en la misma.