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Lo último contra las malas posturas, Kinesiotaping

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Una mala postura mantenida a lo largo del tiempo o la repetición de un gesto inadecuado puede tener efectos devastadores en la espalda y las articulaciones: “la musculatura tiende a acortarse y debilitarse, en la articulación aparecen cambios tisulares y adherencias que la hacen más rígida y con el paso de los años el deterioro acumulado puede llegar a ser irreversible”, asegura Pablo César García, profesor de la Escuela de Fisioterapia de la Universidad Europea de Madrid y coordinador del curso de postgrado de Kinesiotaping.

Este experto explica que “el cuerpo humano tiene un complejo sistema de sensores que nos informa de si la postura que tenemos es la correcta, de si estamos ejerciendo demasiada presión sobre una articulación… un sistema que se va deteriorando con el tiempo y que, ante el mantenimiento de malas posturas, termina por considerar fisiológico y normal lo que no es”.

En este punto, Pablo César García señala que las vendas elásticas utlizadas en Kinesiotaping, una técnica de fisioterapia japonesa que se basa en no bloquear el movimiento de la articulación, suponen una importante novedad que ayudan a la corrección postural y a revertir el daño al estimular los receptores que nos hacen tomar conciencia de nuestro desequilibrio.

“A través de las vendas se estimulan esos sensores de la piel (exteroceptores) y los de los ligamentos y los músculos (propioceptores) para volver a tomar conciencia de la postura correcta y mejorar su fisiología”, afirma. Esto es posible gracias a la elasticidad de los vendajes, que permite regular la presión que se ejerce, por ejemplo, sobre los hombros o el cuello y que “avisa” de cuándo se está cayendo en una postura no deseada.

Hasta el momento, estas vendas se han utilizado sobre todo para rehabilitar lesiones, ya que favorecen una recuperación más rápida que con el vendaje tradicional al dejar una cierta movilidad a la articulación. Esas mismas características las convierten en un excelente elemento terapéutico para los tratamientos de espalda, aunque Pablo César García advierte que no son suficientes para los casos crónicos.

“Si nos proponemos corregir, por ejemplo, malas posturas de los niños provocadas por el uso de mochilas, o para las niñas con mucho pecho que van con los hombros adelantados, las vendas pueden no necesitar de otras ayudas terapeuticas. Sin embargo, en los casos de una mala postura mantenida durante años, es necesario un tratamiento más global y completo”, explica.

En cualquiera de estas circunstancias, el profesor de Kinesiotaping de la Universidad Europea de Madrid asegura que es necesario que la persona tome conciencia y ponga voluntad, especialmente si lleva años manteniendo una posición no acecuada. “Una vez que el cuerpo se ha acomodado a la mala postura, es muy frecuente que la persona se encuentre incómoda e incluso sienta dolor al intentar recuperar el equilibrio. En estos casos es muy importante la constancia en el tratamiento”, asegura.

EN LA OFICINA

Los malos hábitos posturales están íntimamente relacionados con el tipo de trabajo o la actividad diaria. A este respecto, Pablo César García subraya que, al contrario de lo que se podría pensar, las profesiones que más pacientes reportan a las clínicas de tratamiento son los puestos laborales de oficina, trabajos en los que se permanece en la misma postura durante muchas horas “mucho más que los trabajos más físicos como en la construcción, por ejemplo”, y lamenta la escasa conciencia de riesgos laborales existente en las empresas españolas hacia este riesgo.

“En los primeros meses el cuerpo se adapta a la nueva situación. Lo malo es que cuando da señales suele ser demasiado tarde. A veces tratamos pacientes con muchos años de evolución en los que lo único que podemos hacer es proporcionarles la mayor calidad de vida que podamos, aliviándole el dolor, la rigidez…” asegura.

Para evitar llegar a esta situación, recomienda “adaptar los puestos de trabajo a los empleados y no al contrario” y levantarse, estirarse y cambiar de posición aproximadamente cada hora. “Es suficiente con ir al cuarto de baño o a recoger un papel a la fotocopiadora; la clave está en no pasar mucho tiempo en la misma postura”, asegura. Para completar la prevención, subraya la importancia del ejercicio físico moderado. “Un cuerpo activo se deteriora menos que uno sedentario”, concluye.

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