“Lo más importante es el calor del público porque anima a continuar en el escenario”

Rioja2

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Con la misma fuerza, no siendo tan chiquillos como entonces, pero sintiendo el mismo cosquilleo y la misma ilusión que en sus comienzos, tocan esta noche en la Plaza San Bartolomé, en una verbena que promete y mucho. La cita tendrá lugar a partir de las 00.30 horas.

Julián Santamaría es uno de los tres fundadores de Los Átomos que decidieron apuntarse a una academia de música para seguir versionando las más míticas canciones de su época.

Buenos días Julián, ¿Cómo fueron los inicios de Los Átomos?

Como todos los comienzos, duros. Al principio no disponíamos de recursos económicos, por lo que nos vimos obligados a construirnos nuestras propias guitarras, y ensayar en el Barrio de Yagüe. Además contábamos con otro inconveniente, la mili. No queríamos disolver el grupo por nada del mundo, así pues, decidimos que lo mejor sería realizar el servicio militar todos juntos. Gracias a un comandante de Logroño pudimos lograrlo. Nos alistamos juntos en el campamento de Logroño. De esta manera ensayábamos en el cuartel, lo que consiguió mantener vivo el espíritu de unos jóvenes que empiezan con toda la ilusión en un mundo tan complicado.

¿Cómo eran vuestras actuaciones? ¿Dónde tocábais?

Al llegar de la mili comenzamos a actuar dentro y fuera de La Rioja. Por aquel entonces, había una sala muy conocida en Vitoria, la Kokett, donde hacíamos de teloneros en los conciertos de grandes artistas. Aquí, en Logroño, llenamos salas de fiestas como la sala Rex, el antiguo Sarao, que por aquel entonces se llamaba Sala Cliper, o la Sala Ducal.

Cada actuación era especial para nosotros, tocábamos canciones de la época con nuestro particular toque, y la verdad es que la gente quedaba siempre encantada.

Coincidisteis con artistas famosos y supongo que quedará alguna anécdota con ellos...

Si, por supuesto. Una vez fuimos los teloneros de Lola Flores y El Pescaílla y todos nos acordamos de cómo ensayaba él. Estuvo durante horas mirándose al espejo y estudiando al detalle sus propios movimientos. También conocimos a Rocío Durcal en la misma sala vitoriana.

¿De qué manera puede conseguir un grupo humilde actuaciones con artistas tan grandes fuera de su región?

Nosotros teníamos un representante en el País Vasco que se encargó de que no nos faltara trabajo, aunque, debíamos entregarnos por completo a la música.

¿Cuándo comenzasteis a labraros un futuro alejado de los conciertos y las actuaciones?

El grupo se disolvió en octubre de 1974, aunque al final ya compaginábamos nuestros trabajos con la música los fines de semana.

¿Recuerdas cómo fue la primera actuación?

Bueno... algo recuerdo. Muchos nervios porque no sabíamos lo que el público espera de nosotros y si nosotros éramos capaces de ofrecérselo, pero todo fue muy bien. Fue en abril de 1967 en la Sala Atenea y por ella nos pagaron quinientas pesetas...

¿Cuál es vuestra aspiración en la actualidad?

Nosotros ahora tocamos porque nos gusta, para recordar aquellos años que nos hicieron realmente felices, pero no para ganarnos la vida, tenemos nuestras familias y nuestros empleos, y no pretendemos dedicarnos por entero a ésto. Es un hobby como el que hace natación, o le gusta la pintura. Aunque eso sí, con el reconocimiento del público, que es lo que nos da fuerza para seguir formándonos como músicos.

¿Qué sientes al subirte a un escenario?

Es una sensación inexplicable. Te recorre algo por el cuerpo, una sensación extraña de euforia, aunque cuando me pongo a tocar se pasan los nervios poco a poco y lo mejor es ver a la gente cómo disfruta viendo y escuchando lo que has estado preparando para ellos.

¿Cómo ha sido el reencuentro con los viejos amigos?

Cuando comenzamos éramos 6, de los que continuamos la mitad, los guitarristas y yo, que soy el bajo. La verdad es que hace mucha ilusión volver a reunirnos y contar con nuevas incorporaciones.

La experiencia está siendo inmejorable.

¿Qué actuaciones habéis tenido desde vuestra vuelta a los escenarios?

Tras un tiempo en una academia de música aprendiendo muchas cosas, nos ofrecieron la primera actuación, en nuestra academia el 15 de diciembre del año pasado. Y la última fue un concierto en Lardero el 25 de julio.

¿Cuál es la respuesta del público?

El público en Lardero se volcó con nosotros y con las canciones que tocamos. Todo el mundo bailaba y reía al ritmo de la música sesentera, y para nosotros fue un gran orgullo y un gran éxito.¿Con qué canciones deleitaréis al público logroñés esta noche?

Con grandes éxitos de los 60 como “Cúentame”, “Por un sorbito de champán” o el éxito de Fito “Soldadito marinero” y muchas sorpresas más.

Muchas gracias por atender a Rioja2 y les deseamos desde aquí otro exitazo para esta noche.

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