Makoki: siempre fiel a sus letras

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Desde hace unos años un personaje logroñés ha cobrado importancia en nuestra ciudad. Se trata de Makoki el Can y su grupo Vela, los componentes de una charanga que con sus canciones picantonas y, a veces, algo salidas de tono, animan a mayores y pequeños en las fiestas de pueblos y ciudades.

“Pincho, pincho, pincho de tortilla...”; “Tírate de la moto, de la moto tírate...”; “No puedo tomar café, que el café me quita el sueño...”. Todas estas letras son comienzos de populares canciones que Makoki ha ido recogiendo y dotando de ritmos pegadizos que, todo bar que se precie, no puede descartar de su recopilatorio de grandes éxitos.

Buenos días, ¿cómo prefieres que te llamen, Makoki o Julián?

Pues las dos cosas, unos me llaman Julián, otros Makoki, me da lo mismo una cosa que otra. Hombre, cuando estoy en el escenario todos me llaman Makoki. Pero Makoki es toda la banda, no yo solo. Cuando hablo de mí hablo de todos en general, yo no voy a ningún sitio sin ellos. Alguna vez me han ofrecido ir yo solo y no he aceptado. Somos un grupo.

¿Por qué Makoki?

A un compañero de una fábrica le llamaban Zamacuco. Cuando cambiamos de fábrica el mote me lo quedé yo y ha ido derivando desde Zamacuco a Zamakoki, Coqui y finalmente me he quedado con Makoki.

¿Desde cuándo llevaís tocando?

Como banda desde el 85.

¿Cómo empezaste en la música?

En 1980, cuando fundamos la peña La Rioja. Nos juntamos dos cuadrillas: los ángeles del diablo y Primera Reserva. Quedaron 10 o 15 personas de cada cuadrilla y fundamos la peña de la Rioja. Fuimos unos 20 o 30 a prender música con ayuda de Basilio Escudero, y ese fue el primer año que tuvimos música en la peña. De los de antes sólo quedan en mi grupo dos. Antes de exitir la peña, los amigos íntimos íbamos por los pueblos cantando canciones mientras se recogían las orquestas, con instrumentos que nos dejaban. Versionábamos canciones populares o nos inventábamos alguna letra.

¿Cómo aguantas la marcha de las fiestas?

Pues antes aguantaba mejor. Ahora lo llevo algo peor. Es un trabajo especial, tienes que ambientar a la gente y para eso tienes que ir tu ambientado. Cuando vas a un sitio y no hay gente, o hay poca te aburres y ni te diviertes tú ni diviertes a la gente.

¿Qué instrumentos utilizáis?

Pues, el megáfono es lo más característico. Yo fui el primero en una charanga en tener un megáfono. He tenido ya dos o tres, porque se han ido rompiendo. Pero me acuerdo de que el primero que me compré me costó 75.000 pesetas de las de antes, que era algo que yo no ganaba en todo el mes. Pero hice tendencia, hoy en día casi todas las charangas tienen un megáfono. En un pueblo al que íbamos a tocar a menudo, una señora me dijo: “¡cuánta fotocopia hay por ahí!”. Al principio no entendí por qué lo decía, pero luego entrábamos a los bares y nos decían los mismo, hasta que vimos que las charangas que se iban creando en los pueblos tenían también su megáfono y cantaban alguna de nuestras canciones, haciendo una copia de nosotros.

¿Qué opina tu familia?

Pues a mi familia no le gusta nada que esté tanto fuera de casa. Pero es un trabajo que me llena, que me satisface. Ver como miles de personas cantan tus canciones y las bailan es algo que no se puede describir. Yo soy un simple fontanero, y cuando me subo a un escenario y veo a tanta gente abajo que me pide que cante y bailan y gritan y cantan... todo eso compensa y al final la familia lo termina aceptando.

¿Este año también tocáis en el Ayuntamiento?

Sí, vamos al chupinazo y después tocamos cuatro días en la carpa de las peñas. Este año serán los días impares, vamos el domingo, el martes, el jueves y el sábado. Desde el ayuntamiento, nos han pedido varias veces que fuésemos a tocar allí. En principio me dijeron que si quería hacer una verbena, como las que se hacen por la noche. Pero yo no lo veía claro, porque antes no iba tanta gente a la plaza y a mí me gusta que esté llena. Así que, como no veía claro lo de la orquesta, porque yo no soy ninguna orquesta, propuse ir una hora antes del chupinazo y ambientar a los chavales y, en vez de tirarles los huevos a ellos, que me los tirasen a mí (jaja). El año pasado fue el primer año de 'Chupinazo limpio' y fue una buena oportunidad para llevar a cabo esa idea. Fui blanco de todos, estaban más pendientes de cantar las canciones que de ensuciarse.

¿Vas a cambiar otra vez las letras?

No, voy a cantar las letras de siempre. El año pasado al final fue un desastre, porque la gente se sabe la letra que se sabe, y no se les puede cambiar de un año a otro. Las canciones no las hago yo, son letras que han sonado durante toda la vida en un montón de pueblos de España, yo lo único que hago es cambiar alguna letra, muy pocas, y ponerle un ritmo que invite a la gente a bailar. Por eso no entiendo que se montase aquel revuelo el año pasado, todo el mundo ha cantado esas letras y antes parecía no molestar a nadie, no entiendo por qué ahora sí que molestan. Así que seguiremos con las letras tradicionales.

¿Te imaginas un San Mateo sin Makoki?

Sí, claro que me lo imagino. Ha habido muchos san mateos sin Makoki. Cuando estaba en la peña La Rioja los había. Organizábamos cosas en el chamizo y la gente venía y se quedaba, pero poco a poco se van perdiendo esos actos... Yo fui directivo mucho tiempo, pero al final te cansas de proponer cosas y que no salgan.

¿Te has propuesto dejarlo?

Sí, hace cuatro años ya hablamos de dejarlo, pero empezamos a tener éxito en las carpas de las peñas y hemos aprovechado el tirón. Nos faltan de hacer tres cabeceras de comarca, yo creo que en el momento que las hagamos lo dejaremos. Estoy muy mayor, la voz no me aguanta y el cuerpo tampoco para hacer tanto espectáculo. Ahora, por ejemplo, estamos haciendo “galitas” pequeñas, como en Igea, son espectáculos de dos o tres horas que sí que te permiten seguir, pero los grandes espectáculos se van terminando.

¿Te consideras un símbolo de Logroño?

No. Me considero un símbolo de la juventud. Desde hace cuatro años parece que las canciones han calado en la gente más joven y vamos a los espectáculos y te encuentras a chavales de 12 a 19 años que se saben todas las letras de las canciones y que te siguen. Supongo que las letras desinhibidas, jocosas y “cochinas” les llaman la atención y se divierten cantándolas.

¿Sonáis más desde hace cuatros años?

No, lo que pasa es que antes no tocábamos en La Rioja. Tocábamos en los pueblos de España que nos llamaban, igual en Valencia, Murcia..., en pueblos que estaban bastante lejos. Pero ahora ya lo hacemos menos, estamos tocando en pueblos como Fuenmayor o Arnedo, que quedan más cerca, el cuerpo no está ya para largos viajes. Hace 25 años nos llamaban de distintos pueblos porque había fallado el grupo que iba a actuar, e íbamos nosotros. En la Rioja hemos tocado en quintos de Villamediana, porque mi padre era de allí y ahora hemos empezado en Navarrete y otros pueblos...

¿Cuál es la canción que más canta la gente?

Sin duda el popurrí. Es una canción que dura unos 17 minutos sin parar y la gente la canta entera. El año pasado la que más pidieron fue la de 'Maricón el que no bote', por eso del morbo de que no nos dejaron cantar la letra en el chupinazo, pero lo normal es 'pincho de tortilla' o 'el burro de la tía paula'.

¿Algo que decir al público riojano?

Nada, que nos vemos en las carpas o en el Ayuntamiento y que disfruten de las fiestas. ¡¡Viva San Mateo!!

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