“El Ramadán nos iguala a todos los musulmanes”

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En septiembre empieza el Ramadán para la mayoría de los musulmanes. Se trata del noveno mes del calendario islámico y en él es práctica religiosa obligatoria el ayuno desde el alba (‘El Fajr’) hasta el ocaso (‘El Maghrib’). El método tradicional, indica que el Ramadán comienza cuando se aprecia en el cielo, sin ningún instrumento, el ‘hilal’ (cuarto creciente de la luna).

Arabia Saudí, país en el que se encuentran las principales ciudades y santuarios de peregrinación musulmana suní –La Meca y Medina–, anunció que el Ramadán comenzaría hoy. Coincide con otros estados árabes como Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Yemen, Kuwait, Líbano, Siria y Palestina; y con la mayoría de las comunidades musulmanas de Europa.

Algunos países, como Libia, que se basan en cálculos astronómicos adelantaron el Ramadán a ayer. Los países con mayoría chií, como Irán, empezarán mañana.

El ayuno consiste en abstenerse de comer, beber, fumar y mantener relaciones sexuales; pero también es requisito tener la intención (en la mente y corazón) de ayunar, es importante que se trate de una voluntad personal, aunque en el caso de los menores los padres pueden decidir si están preparados, es decir: si no va a suponer un riesgo para su salud, comenzar el ayuno.

En este mes sagrado, el ayuno es obligatorio para todo musulmán adulto, que no esté de viaje y que reúna las condiciones físicas y mentales mínimas requeridas. No es imperativo, por lo tanto para los niños, ancianos de determinada edad ni enfermos. Tampoco para mujeres embarazadas, ni lactantes, ni en período de menstruación.

Samar Javed, tiene 30 años y es pakistaní. Trabaja en la construcción, un oficio duro. A partir de esta mañana y hasta el día 30 de septiembre, no podrá comer ni beber en todo el día. Desde que sale el sol y hasta que se pone, Samar no probará bocado ni mantendrá relaciones sexuales. “El Ramadán es una tradición de los musulmanes” afirma Samar que asegura que no es tan duro como parece eso de ayunar durante las horas de luz.

“A veces en la obra notas la debilidad por no comer en todo el día, aunque cuando se pone el sol podemos comer” recuerda este joven pakistaní. Es entonces cuando los musulmanes se disponen a recobrar fuerzas. Primero un poco de fruta (dátiles) y leche y después la comida fuerte.

El Ramadán es una antigua tradición islámica que según Samar iguala a todos los musulmanes adultos y sanos del mundo musulmán. No importa el dinero que se tenga, “todos somos iguales cuando hacemos Ramadán, los ricos, los buenos, pobres y los malos” asegura Samar.

Los niños no están obligados a practicar esta tradición hasta que no aparezcen los primeros signos de la pubertad (en las niñas es la menstruación y en los niños la aparición del vello corporal, cambio de voz, etc.) Sin embargo hay niños que comienzan a edades muy tempranas porque sus padres quieren transmitirle el significado religioso del ayuno.

En La Rioja hay más de 10.300 musulmanes que tras las horas de ayuno se reúnen en los diversos centros musulmanes para rezar una hora y media más que lo habitual. Además, en estas “mezquitas” o centros de oración, se reparte comida para todos como simbolo de unidad, solidaridad e igualdad. El reparto es a las cinco y media de la madrugada y desde las ocho y media hasta las nueve de la noche.

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