“Buenos días, he venido a robar”

Rioja2

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Diciendo esta frase entró un ladrón a una conocida perfumería logroñesa. Por descontado, las dependientas de este comercio se quedaron atónitas y le avisaron de que iban a llamar a la policía inmediatamente. Ante esta iniciativa de las empleadas, el ladrón se despidió y salió de la tienda. Rioja2 ha hablado con comerciantes logroñeses sobre ésta y otras anécdotas curiosas relacionadas con personajes de manos ágiles que solucionan la crisis a su manera.

Muchos son los verbos utilizados para referirse a este “negocio” tan longevo, tales como “robar”, “hurtar”, “sisar” o “mangar”, “limpiar” y “pillar”, más coloquiales.

Se comete un robo cuando se toma algo ajeno empleando la fuerza, la violencia o la intimidación hacia la persona, a diferencia del hurto, que consiste en el apoderamiento de algún bien sin fuerza en las cosas ni violencia en las personas. En España el hurto a partir de 400 euros se considera delito, por esta razón los que cometen este acto no sustraen bienes superiores a esta cantidad y en caso de ser pillados con las manos en la masa sólo cometen una falta de hurto.

Según un estudio realizado por la publicación económica Expansión, el importe medio de los hurtos en España ronda los 30 euros y los productos más demandados son los cosméticos, perfumes y prendas de vestir, especialmente los productos de marcas comerciales de renombre para poder ser revendidos en la calle o en internet. El perfil de las personas que cometen robos coincide con jóvenes menores de 30 años pertenecientes a un nivel sociocultural medio-bajo.

Estos datos se corresponden con la información recogida a través de los comerciantes logroñeses ya que, según ellos, la mayor parte son realizados por jóvenes que hurtan objetos de escaso valor y de reducidas dimensiones, para así poder adueñarse de lo ajeno con un menor riesgo.

Un ejemplo de esto lo tenemos en un afamado comercio de bisutería de Logroño en el que, según su encargada, cuando hay mucha gente comprando las dependientas no pueden controlar la tienda como quisieran y esto es aprovechado por jóvenes para esconder el botín por su cuerpo, en bolsos o mochilas. “Una vez incluso un joven festejó con sus amigos el hurto fuera de la tienda como si aquel objeto fuera un trofeo delante de nosotras”, explica la responsable del comercio.

Por otro lado, una céntrica perfumería se queja de un gran número de hurtos en su local, sobre todo de perfumes de marca que más adelante, según una de sus dependientas, son vendidos por un precio inferior al estipulado por el comercio a amigos suyos. Esta persona también nos cuenta que algunos niños muy pequeños, acompañados por sus madres, cogen “inocentemente” cremas hidratantes, contornos de ojos y otros cosméticos que “casualmente” sus madres pueden utilizar. “Cuando llamamos la atención a los niños para que no cojan los productos sus madres les culpan alegando que son pequeños y no saben lo que hacen”, comenta la dependienta de esta perfumería.

Otras anécdotas las encontramos en una tienda de ropa del centro de Logroño, donde han contado a Rioja2 cómo suelen entrar de tres en tres para despistar al dependiente mientras uno de ellos realiza el “trabajo sucio” aprovechando que el trabajador se encuentra entretenido. En este comercio se quejan de la corta edad de los malhechores y reconocen haber pillado in fraganti a varios de ellos. Además, nos llegan a contar que incluso se realizan robos por encargo pidiendo una tercera persona al “caco” una prenda de un color, marca y tallaje determinados para conseguirla a mitad de precio.

Con todo, la mayoría de los hurtos según los comerciantes logroñeses son realizados por gente joven y se relacionan con objetos de poco valor. Muchas son las técnicas utilizadas para quitar o inutilizar las alarmas y los botines se guardan normalmente bajo la ropa o se ocultan en bolsos de doble fondo o bolsos preparados para neutralizarlas utilizando para ello papel de aluminio.

Los entrevistados se quejan de la falta de medios que tienen para luchar contra este problema y de la reincidencia en la mayoría de los casos que, aun siendo denunciados, vuelven al ataque sin ningún miramiento.

Desde Rioja2 hemos querido dar a conocer las veloces medidas que algunos toman ante la crisis, pero no se valgan de ninguna de estas triquiñuelas porque, según nos han contado los comerciantes logroñeses, “se las saben todas”.

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