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'Los girasoles ciegos' el último guión de Azcona

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El director José Luis Cuerda asegura que “todas las películas son políticas”. Su nueva película, 'Los girasoles ciegos', se estrena el próximo día 29 de agosto. Protagonizado por Maribel Verdú, Javier Cámara y Raúl Arévalo, el largometraje está basado en la novela homónima de Alberto Méndez y cuenta la historia de un diácono en dudas con su vocación y de una familia acosada por la persecución ideológica de los años cuarenta.

“Creo que todas las películas son políticas porque todos nuestros actos son consecuencias de decisiones políticas. No hay inocencia”, asegura el cineasta. “Renunciar a emitir alguna opinión o panfletar a favor de algo tiene componentes políticos”, añade.

ARGUMENTO

En 'Los girasoles ciegos', Elena (Maribel Verdú) tiene que lidiar con el secreto de esconder en casa a su marido Ricardo (Javier Cámara), un profesor de literatura perseguido por el régimen dictatorial. Su camino se cruza con el atormentado Salvador (Raúl Arévalo), un diácono en duda con su vocación tras haber presenciado los horrores de la Guerra Civil como soldado. El diácono conoce a Elena al ser trasladado del seminario para dar clases en el colegio a su hijo Lorenzo (Roger Princep).

Salvador cree viuda a Elena y empieza a obsesionarse con su presencia, amenazando la frágil realidad de la familia, ya tambaleada tras la huida de su hija mayor, Elenita (Irene Escolar) con su novio Lalo (Martín Rívas), también perseguido por sus ideas “rojas”.

“NO ME QUEDO CON EL DOLOR DENTRO”

Maribel Verdú revela sentirse muy bien durante los rodajes. “Estoy acostumbrada a papeles con hondura y dramaticidad. Es duro interiorizar el dolor, pero cuando me dicen '¡corta!', no me quedo con el dolor dentro”, explica la ganadora del Goya de Mejor Actriz Principal de 2008 por 'Siete mesas de billar francés'. “Además, nos lo pasábamos muy bien en los rodajes. Es la única forma de mantener el equilibrio”, revela. “Teníamos un animador profesional, Javier Cámara”, añadió Cuerda.

JAVIER CÁMARA

“Yo tomé mi papel muy en serio”, bromea Cámara, protagonista de la comedia 'Fuera de Carta', tras las declaraciones de sus compañeros. “Intenté fijarme en pequeñas cosas, como una caricia en mi hijo o el trato con Elena. No pensé en los profesores de literatura muertos”, explicó el actor, aunque haya confesado haberse inspirado en personajes reales como Ortega Lara (“cuando lo liberaron”).

Raúl Arévalo, que coincide en el rodaje con Verdú en 'Siete mesas de billar francés', detalla su proceso de composición del complejo Salvador. “He leído mucho sobre los sacerdotes de la época y parte de mi familia es católica. Un 60% de la interpretación se debe también al vestuario. Decía que era como el traje de Batman, pues cuando me lo ponía ya adquiría la postura necesaria”, bromea.

EL ÚLTIMO GUIÓN DE AZCONA

La adaptación de 'Los girasoles ciegos' fue el último guión de Rafael Azcona (muerto en marzo de este año), amigo y colaborador de Cuerda en películas como 'La lengua de las mariposas'. “Le recuerdo todos los días, sus anécdotas y sus historias. Era la persona más honesta que he conocido y con más talento para captar la realidad externa con ternura. Fue una desaparición terrible e injusta”, confiesa el director, que también conocía a Alberto Méndez, autor del libro muerto en 2004.

En el principio, Cuerda dudó adaptar la novela, lanzada en 2005, al cine. “Me parecía hiperliteraria, en el buen sentido”, justifica. “La gente echará de menos algunas cosas, como en toda adaptación. Pero son vehículos distintos, pasamos del coche literario al coche cinematográfico. Las historias hay que meterlas en los vehículos que las lleven más lejos”, destaca.

Cuerda hizo algunos cambios en la historia, como suavizardel carácter desagradable del diácono Salvador. “Quería que el personaje tuviese algún atractivo para aumentar la dramaticidad”, justificó. Sin embargo, dijo no creer “en la modernización de los clásicos”, de modo que no llevaría la historia al momento actual.

Otro cambio fue la traslación de la historia de Madrid a Orense. Durante las siete semanas y media de rodaje, la ciudad sirvió de escenario, aunque algunas tomas hayan sido realizadas en Madrid. “Ya no se puede rodar más películas de época en Madrid, en todas las calles hay un banco enorme, es imposible mantener la continuidad”, justificó Cuerda. “Además, me gusta la fisonomía pétrea de Orense, deja la historia más expresiva. Detrás de sus muros, los personajes parecen más frágiles y hundidos”, reveló el director, que confesó también que el hecho de vivir a 20 kilómetros de la ciudad ayudó en su elección.

CRÍTICAS A LA IGLESIA

Preguntado sobre si deseaba retratar la “hipocresía” de la Iglesia durante el régimen, Cuerda afirma que prefiere no “cargar las tintas”. “He leído mucho sobre lo que hacía la Iglesia y los falangistas, pero no puse estas historias en la película”, cuenta el cineasta, que estudió en un seminario de los 12 a los 15 años.

Detalla también la realización de la obra. “Los libros son mi materia prima cuando llegan a mí como un sueño, como una historia que alguien me contó o como una idea que se me ha ocurrido. Para adaptar eso, es necesario creer en nuestra osadía y hacer el proceso de transubstanciación”, matizó Cuerda, que confesó centrarse “únicamente por personajes y situaciones”. “No me interesa que se vea el director en la película. Si quiero que me vean hago un 'making of'”, concluye.

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