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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

Pequeños detalles olímpicos

Rioja2

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Ver el atletismo, la natación o el tenis se puede convertir en una competición para los espectadores, todo si se plantea como un concurso: “a ver quién ve más tatuajes entre los participantes”.

Lo cierto es que en los últimos tiempos son muchos los que, además de interesarse por los deportes que practican, agudizan su visión para descubrir qué detalles llevan pintados en sus brazos, piernas o espaldas. Y es que también los deportistas se han subido al carro de los tatuajes y, por diversos motivos, decoran ciertas partes de sus cuerpos.

Ahora que terminan los juegos olímpicos no es de extrañar que más de uno decida tatuarse algo simbólico que le haga recordar sus destrezas y hazañas en estos Juegos de Beijing 2008. Algunos se decantarán por letras chinas, otros por tribales, pero los que más, seguramente, sean los que se tatuen los cinco aros olímpicos, cinco aros que se convertirán en santo y seña de su participación en Pekín.

Sin embargo, lo recomendable para estos deportistas es esperar para hacerse el tatuaje y no aventurarse a realizarlo en China, lugar en el que las autoridades sanitarias ya están advirtiendo de los riesgos que pueden llegar a existir, ya que realizar un tatuaje requiere una condiciones sanitarias que en la mayor parte de las veces no se dan en los locales que los ofertan en la ciudad.

Deportistas y espectadores se sumarán, sin duda, al carro de los tatuajes olímpicos. Algunos, antes de comenzar los Juegos Olímpicos, se habían osado tatuarse en el cabeza la marca indiscutible de la competición. Así se demuestra en centenares de fotos la pasión de un aficionado que quiso inmortalizarlo en su rostro.

Además de estos dibujos, con los que más de uno volverá a su país, muchos son los que antes de la competición ya lucían tatuajes en sus cuerpos. Es el caso del español Gerbasio Deferr, que luce en su antebrazo una inscripción en letras negras y que remarca, más si cabe, los músculos de la zona. Gerbasio ha sido un aficionado a los piercings y los tatuajes, así que no dudamos que pueda salir de Pekín con algo más que una medalla.

El futbolista argentino, Ezequiel Lavezzi, prometió tatuarse el logo de los Juegos Olímpicos de Beijing si su equipo repite el oro conquistado en Atenas 2004. El delantero del Napoli luce ya 18 tatuajes, entre ellos el nombre de sus familiares en chino y uno con el rostro de Diego Maradona, y quiere llegar al número 19 con la victoria y una medalla.

Otros como Peter López, taekwondista, tienen ya cinco aros grabados en la espalda, con los que recordará este hecho histórico. LeBron James luce sus brazos repletos de figuras como las de una corona o un león. En las pistas de atletismo hemos podido ver al dominicano Félix Sánchez con un escudo de Superman, ídolo al que se asemeja por su velocidad en las carreras. En waterpolo también hacen gala de tatuajes y, nadando en la piscina, podemos ver a Aleksandar Sapic. Sin salir del agua también podemos recrearnos con los adornos de diseño oriental que recorren el cuerpo de la nadadora alemana Franziska van Almsick.

Al parecer, tanto nadadores, como baloncestistas o jugadores de fútbol se han unido a la moda de lucir en sus cuerpos determinadas formas de tatuajes que hacen, aún más si cabe, doblemente atractivos sus cuerpos musculados.

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