España derrotada ante Rusia

Agencias

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La selección española femenina de baloncesto no pudo entrar en una histórica lucha por las medallas olímpicas en los Juegos de Pekín después de que la potente Rusia se volviese a cruzar (84-65) en su camino, como sucediese en el Mundial de 2006 y en el Europeo de 2007, y acabar con las esperanzas de una España que hizo soñar al principio y se hundió al final.

Las de Evaristo Pérez se vieron condenadas a igualar el mejor puesto olímpico del baloncesto femenino español, el quinto, pese a firmar un comienzo de ensueño y llegar a dominar por 18 puntos a su cariacontecida rival.

Sin embargo, el paso de los minutos trajo el endurecimiento de la física defensa rusa y la aparición de 'Becky' Hammon (17 puntos), más el paulatino atasco ofensivo del combinado nacional, que aguantó en pie durante 30 minutos, acabó por decantar la balanza y recibir un resultado demasiado duro.

El engañoso 84-65 puso fin a un partido en el que se soñó por momentos con el pase. Una España asentada en defensa y confiada y suelta en ataque frenaba a la actual campeona continental. Cerrando el rebote y aprovechando el pésimo porcentaje en el tiro del rival, las españoles alcanzaron al comienzo del segundo parcial una magnífica renta de 18 puntos (10-28) ante el asombro del Arena Wukesong.

A partir de ahí, el nivel fue bajando. Pese a la aportación de Amaya Valdemoro, Rusia empezaba a dar la vuelta al partido, aumentando su intensidad en defensa, dominando en los tableros y empezando a encontrar el camino hacia el aro. Del 32-19 se pasó al 34-30 y con el aliento del rival muy cerca, aunque las de Evaristo Pérez, con un par de buenas acciones de Montañana, aún soñaban con las 'semis' (40-32).

HAMMON IMPULSA LA REMONTADA

El sueño se prolongó en la reanudación por instantes hasta que Hammon hizo acto de aparición. La americana, con canastas de clase, lideró la remontada y complicó las semifinales en el umbral del último acto cuando la campeona continental se colocó por primera vez por delante (50-49, min.28).

La selección logró entrar de pie en los diez minutos finales. Fue el canto del cisne. Un 7-0 de parcial provocó el primer despegue ruso (63-55), que no fue amago, sino sentencia. Rusia apabullaba en el rebote (40 por 29) y encontraba segundas opciones, lo que la hizo crecerse ante una España que, frenada Valdemoro, se quedó sin recursos ofensivos y bajó los brazos.

Diez puntos en el último cuarto fueron una losa para las españolas, que cayeron por un resultado más abultado de lo merecido. Las rusas volvían a apear a España en una gran competición, como en los cuartos del Mundial de 2006, y en el último Europeo, aunque ahí quedó el consuelo de la plata.

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