Georgia acepta el plan de paz con Rusia

Europa Press

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El presidente de Georgia, Mijail Saakashvili, aceptó en la jornada de ayer el plan de alto al fuego propuesto por el jefe de Estado galo y presidente de turno de la Unión Europea, Nicolas Sarkozy.

El acuerdo alcanzado con las autoridades georgianas valida todos los puntos del documento acordados por Sarkozy y el presidente ruso, Dimitri Medvedev. La mediación de Sarkozy en nombre de la UE ha logrado el compromiso ruso de establecer un alto al fuego si los seis puntos de ese documento eran respetados.

SEIS PUNTOS PARA EL ALTO AL FUEGOEl presidente francés, Nicolas Sarkozy,

y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) presentaron ayer en Moscú junto al presidente ruso, Dimitri Medvedev un plan de paz de seis puntos que busca poner fin al conflicto entre las tropas rusas y georgianas en Osetia del Sur.

Los seis puntos bajo los que debe construirse el alto al fuego son: la renuncia al uso de la fuerza; el cese de las hostilidades; el libre acceso a la ayuda humanitaria en la zona de conflicto; el regreso de las tropas georgianas y rusas a sus respectivas posiciones antes del inicio de los enfrentamientos; y la puesta en marcha de una discusión sobre el estatus futuro de las regiones separatistas georgianas de Osetia del Sur y de Abjazia.

“Son unos buenos principios para solucionar el problema y para salir de esta situación dramática”, dijo el presidente ruso al respecto. Por su parte, Sarkozy señaló que bajo los seis puntos presentados ayer, y que Moscú ha aceptado, puede construirse “un alto al fuego definitivo” si las autoridades georgianas se comprometen a respetarlos. “No hemos llegado a la paz pero estamos en un cese provisional de las hostilidades”, declaró el presidente galo, quien destacó los avances realizados hoy como “un progreso sensible”.

Sarkozy subrayó que Rusia se ha comprometido “a garantizar la soberanía de Georgia”, una cuestión central para la diplomacia gala y europea pero que no consta en el documento presentado ayer. Sobre “este punto no existen ambigüedades” porque es “un punto extremadamente importante”, insistió.

A este respecto, Medvedev aclaró que “la soberanía es la supremacía de los poderes centrales, y Rusia, desde luego, reconoce la soberanía de Georgia”. “Pero este reconocimiento no significa que el Estado soberano pueda obrar a su antojo”, aclaró, subrayando que los Estados “también deben responder por sus acciones”.

Medvedev se mostró muy contundente en su intervención y dijo que a Rusia no le quedó otra opción que la intervención militar. “Si Rusia tuviese otra posibilidad de reaccionar a la agresión desatada por Georgia contra Osetia del Sur, la utilizaríamos. Pero no teníamos ninguna otra posibilidad de reaccionar”, afirmó.

Por otra parte, acusó al Gobierno georgiano de mentir al asegurar que ha estado respetando un alto el fuego desde hace dos días. “En cuanto a las afirmaciones del presidente georgiano de que ellos observaron el alto el fuego durante dos días, se trata de una mentira”, señaló, aclarando que las fuerzas de paz rusas en Osetia del Sur y Abjazia permanecerán sobre el terreno.

“Las normas de relaciones internacionales de acuerdo con las cuales operan las fuerzas de paz rusas fueron formuladas en 1992 y refrendadas en documentos internacionales de épocas posteriores. Dichas normas siguen en vigor”, recordó el presidente ruso, justificando así la decisión de Moscú. MEDIACIÓN DE SARKOZY

La mediación realizada por el presidente francés en nombre de la UE en Moscú duró más de cuatro horas y media en la jornada del lunes. Primero, protagonizó un encuentro con su homólogo ruso y, posteriormente, mantuvo una comida de trabajo con Medvedev que contó con la presencia del primer ministro ruso, Vladimir Putin.

Sarkozy explicó que ha hablado personalmente con la canciller alemana, Angela Merkel, y con el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, antes de viajar a Moscú y precisó que sus colaboradores, “porque era difícil el estar en contacto, han hablado con los más cercanos colaboradores” del primer ministro británico, Gordon Brown, y del presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero.

ENFRENTAMIENTOSAntes de que se presentase en Moscú el plan de paz, el presidente ruso anunció que había dado órdenes de que se ponga fin a la operación militar en Georgia.

“He tomado la decisión de poner fin a la operación para forzar a las autoridades georgianas a la paz”, señaló Medvedev al ministro de Defensa ruso, Anatoli Serdiukov, según informó un portavoz del Kremlin.

Pero durante, incluso después de que Medvedev hiciese pública su decisión, se produjeron enfrentamientos. Con anterioridad, Abjazia lanzó una ofensiva militar para intentar expulsar a las tropas georgianas del desfiladero de Kodori.

También luego continuó el conflicto armado y las ya conocidas acusaciones mutuasy posteriores desmentidos. Así, se hizo público que la aviación rusa había bombardeado esta mañana varias zonas de la ciudad georgiana de Gori, situada a unos 60 kilómetros de Tiblisi, algo que negó inmediatamente el jefe del Estado Mayor ruso, coronel general Anatoli Nogovitsin.

Asimismo, las fuerzas rusas desplegadas en Osetia del Sur acusaron esta tarde a las tropas georgianas de seguir disparándoles periódicamente en la región separatista. Por su parte, Tiblisi aseveró que los aviones rusos estaban bombardeando dos localidades georgianas fuera de Osetia del Sur.

ACUSACIONES MUTUAS

En este conflicto también han desempeñado un papel destacado los enfrentamientos verbales entre los dos bandos, hasta el punto de que Georgia ha presentado una demanda legal contra Rusia en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) por limpieza étnica.

El secretario del Consejo de Seguridad Nacional georgiano, Kaja Lomaia, precisó que la demanda denuncia la limpieza étnica que, según Georgia, llevó a cabo Rusia en la ex república soviética entre 1993 y 2008.

Aunque Rusia no ha presentado ninguna demanda, Lavrov ha acusado al presidente georgiano de haber cometido crímenes contra la población de Osetia del Sur que deberían ser “investigados” por el Tribunal Penal Internacional (TPI). Previamente, Putin y Medvedev habían calificado de “genocidio” la agresión de Georgia contra esta región.

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