La eficacia exponencial de los tratamientos contra el sida

Rioja2

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Para los pacientes que tienen acceso a las últimas terapias, el diagnóstico de VIH/sida ya no es una sentencia. El desarrollo de 'cócteles' -combinaciones de tres fármacos conocidas como Terapias Antirretrovirales Altamente Activas (HAART, por sus siglas en inglés)— permite mantener el virus a raya. De todas formas, sólo ciertas combinaciones suprimen el virus eficazmente.

Un nuevo estudio, firmado por investigadores del Instituto Médico Howard Hughes (HHMI) y publicado en una edición especial adelantada de Internet de la revista 'Nature Medicine', revela que esto es posible porque tres clases de medicamentos contra el VIH inhiben al virus 10.000 veces mejor que otras. Los descubrimientos se basan en un nuevo modelo matemático de interacciones droga/virus desarrollado por el estudiante de doctorado Lin Shen y el investigador del HHMI Robert Siliciano. Según Siliciano, los resultados tienen implicaciones que van mucho más allá del tratamiento del VIH.

Este modelo puede aplicarse a cualquier fármaco que funcione contra un virus”, explica Siliciano, que está en la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins (Estados Unidos). “También sería una herramienta útil para seleccionar los fármacos más eficaces para combatir infecciones como la hepatitis C o la gripe”, indica.

Dado que ninguna terapia puede eliminar totalmente el VIH del cuerpo, el tratamiento intenta mantener el virus bajo un estrecho control. El virus muta rápidamente, y cada ciclo vital nuevo proporciona una oportunidad para que el VIH evolucione convirtiéndose en una cepa resistente a los tratamientos. Cuando se observan cuidadosamente, los regímenes de HAART previenen las resistencias manteniendo niveles muy altos de fármaco el cuerpo durante todo el día. Las terapias atacan al virus en varias etapas de su ciclo vial —asegurando que aunque el virus evolucione, no escape al control de los tratamientos—.

EFICACIA MULTIPLICADA

El AZT fue la primera terapia aprobada para combatir la infección por VIH. El AZT y los tratamientos similares son similares a los 'ladrillos' de ADN llamados nucleósidos. Estos agentes bloquean la enzima viral, transcriptasa inversa, y evitan que siga transformando las moléculas de ARN del VIH en ADN. A partir de entonces, se han desarrollado otras clases de medicamentos para el VIH, entre ellos diversos tipos de inhibidores de la transcriptasa inversa, e inhibidores de proteasas que previenen que la enzima proteasa del VIH convierta las proteínas virales en unidades funcionales.

La HAART combina todas estas familias. Con su desarrollo, Siliciano dice, “finalmente se pudo suprimir el virus hasta mantenerlo en niveles imperceptibles”. La experiencia ha demostrado que los cócteles de HAART sólo funcionan si incluyen un inhibidor de proteasa o un inhibidor no nucleosídico de la transcriptasa inversa (NNRTI, por sus siglas en inglés), junto a dos medicamentos tipo AZT.

No obstante, el motivo de su éxito seguía siendo un misterio. “Se pensaba que al doblar las dosis, los fármacos serían dos veces más eficaces”, indica este especialista. Siliciano, Shen, y sus colaboradores se dieron cuenta de que esto no era verdad: las dos clases de fármacos más eficaces contra el VIH más eficaces (NNRTI e inhibidores de proteasas) se hacen exponencialmente más eficaces con el aumento de la dosificación. Tres inhibidores de proteasas reducen la replicación viral unas 10.000 veces con sólo un aumento de diez veces en la dosificación.

Eso es importante, recuerda Siliciano, porque en el mundo del tratamiento del VIH lo importante es mantener niveles virales tan bajos como sea posible. “Es muy distinto tener un 99 o un 99.999 por ciento de inhibición”.

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