Trucos para llegar a concursar en Gran Hermano

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Puede que su cara les resulte conocida porque Peio (San Sebastián, 1981), con residencia en La Rioja y País Vasco, ha trabajado en varias teles locales de nuestra comunidad.

Y para los que no le reconozcan quédense con su cara, porque el día menos pensado aparecerá en la televisión nacional.

Este joven está en la base de datos de varias productoras madrileñas, y suelen llamarle para realizar los castings de los reality shows que todos vemos desde casa.

Hace años que te vienes presentando a los castings de Gran Hermano, ¿cuál fué la edición en la que conseguiste llegar más lejos?

Sí. Me he presentado ya cinco o seis veces. Pero fué en la octava edición cuando conseguí llegar hasta la última prueba.

Eso debe de ser toda una Odisea. ¿Recuerdas como fueron los primeros pasos?

Claro. Rellené un formulario por internet y luego me llamaron para hacer una prueba en Santander. Allí firmé unos papeles y me hicieron una rueda de preguntas muy básicas. Les hablé de mi familia y mis amigos, y les dije que estaba seguro de que iban a cogerme.

Creo que lo importante no era lo que contestases, sino la forma en la que lo hicieses.

¿Te preguntaron cuales eran los motivos que te movían a participar en este programa?

Si, y les contesté que no lo hacía por la fama, ni por el dinero. De echo a mí el dinero me da igual. Les dije que si ganaba lo podían donar a una ONG. Yo lo quería hacer para vivir esa experiencia, sin más.

¿Qué perfil crees que tenía la gente que estaba contigo presentándose a ese casting?

Estábamos más de cien personas, y había amas de casa, modelos, hombres de campo...Pero todos tenían una pesonalidad muy marcada, ese era su factor en común. Parecían muy seguros.

¿Crees que tienes alguna habilidad, trabajo o manía, que te convierta en una persona peculiar?

No lo sé. Soy profesor de bailes de salón, y me gusta la pintura hiperrealista. En una ocasión hice una exposición de cuadros en los que aparecía mi abuela desnuda. Creo que eso les gusto a los del programa, porque no paraban de preguntarme cosas sobre aquella exposición...

¿Y cómo fueron las siguientes pruebas que tuviste que realizar?

Ese mismo día en Santander hicieron una selección y allí sólo quedamos unos 12. Nos hicieron una prueba de cámara. Recuerdo que duró media hora y me seguían haciendo preguntas. Aquí también me cogieron, así que para la siguiente fase fuí en avión hasta Madrid, y ellos me pagaron el viaje.

¿Te gustó la experiencia en la capital?

Cuando llegué me metieron en una sala de espera que parecía una cocina. Me cogieron el móvil, y más tarde descubrí que mientras yo hacía la prueba habían estado llamando a amigos míos para hacerles preguntas sobre mi vida. Creo que la idea de quitarme el móvil fué para evitar que yo me enterase de eso. También era importante que allí no tuvieses contacto con el resto de los aspirantes a concursantes. En la sala de espera estuve solo todo el tiempo...

Y por fin, llegó la última prueba...

Sí. Entré en otra sala, había una cámara y me dijeron que algunas personas me estaban viendo desde otra habitación. Aparecieron una psicóloga y una redactora. Y al ver a esta última recordé que ya había coincidido con ella en otras ocasiones, y que no era la primera vez que me eliminaba en la recta final.Y eso fué lo que ocurrió.

Regresé a Bilbao y una semana antes de que empezase a emitirse el programa me llamaron para comunicarme su decisión. Pero no pasa nada, otra vez será.

Como tienen mis datos guardados todavía me siguen llamando para hacer pruebas en otros programas...

Bueno, el que la sigue la consigue, así que mucha suerte Peio. Seguro que terminamos viéndote en la tele.

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