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Bueno para todos

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Jorge Valdano, Emilio Butragueño, Miguel Pardeza y Juan Manuel López Iturriaga han participado en la Jornada Deportiva de Sensibilización Sanitaria para “concienciar a la sociedad de la problemática de los niños y adolescentes con cardiopatías y la necesidad de integrarlos en todos los ámbitos de nuestra sociedad. El deporte es un excelente camino para conseguirlo y por ello hemos llevado a cabo esta actividad”, en palabras de Valdano.

Existen diferentes tipos de cardiopatías, pudiendo englobarse en congénitas, es decir, originadas en el momento de la gestación, o adquiridas. Todas ellas tienen diferentes grados de complejidad y requieren diferente aproximación y tratamiento. En el caso concreto de las cardiopatías congénitas, se estima que cada año nacen en España alrededor de 4.000 niños con esta patología y que, globalmente, más de 300.000 personas la padecen en nuestro país, cifra que hace de ella la enfermedad congénita de mayor incidencia.

Según el tipo de cardiopatía, el niño deberá ser sometido a una o varias intervenciones a lo largo de su infancia y adolescencia, tendrá mejor o peor calidad de vida y podrá desarrollar diferentes actividades. “Existe un planteamiento erróneo extendido en la sociedad según el cual los niños y adolescentes que padecen cardiopatías no pueden hacer deporte”, señala Amaya Sáez, quien añade que esta creencia generalizada se deriva fundamentalmente de la falta de información y de la propia sobreprotección a la que en muchas ocasiones se somete a estos niños tanto desde su entorno familiar, como social y educativo.

Sin embargo, y por el contrario, los especialistas coinciden en señalar que el niño con problemas de corazón no debe ser excluido de los programas de deporte, si bien estos deben estar siempre adaptados a sus características. En este punto, la directora de la Fundación Menudos Corazones explica que “el planteamiento correcto para practicar deporte de manera segura es evitar en todo momento la competición y el sobreesfuerzo. El objetivo es la participación y la integración”, señala.

MUCHOS BENEFICIOS

Los beneficios del deporte son claros y muy amplios para cualquier persona y especialmente para este grupo de población. Así, desde el punto de vista médico, está demostrado que “si durante los primeros años de vida practica experiencias motoras básicas, cuando complete su desarrollo físico no tendrá dificultades para realizar no sólo las actividades básicas sino también las deportivas, habiendo adquirido una buena coordinación motora, flexibilidad, agilidad y equilibrio”, explica el doctor Antonio Bañares, Rector de la Universidad Europea de Madrid.

Por otra parte, no encontramos el importante papel que el deporte puede jugar como elemento de integración social para estos niños y jóvenes. “El deporte fomenta el trabajo en equipo, el compañerismo, la lucha y el afán de superación”, señala Emilio Butragueño. “Además, el deporte es sano, divertido y, en el caso de los niños, un juego, pasar un rato juntos, quedar con los amigos, formar parte del grupo, ser uno mas...”, señala. Por ello, cuando excluimos a un niño del ejercicio, “tal vez no sólo no le estamos protegiendo, sino que además le estamos diciendo y presentando ante los demás como el débil, el diferente... Lo estamos aislando”. En este punto, la directora de la Fundación Menudos Corazones, se muestra rotunda y asegura que “delimitar sus actividades sociales puede afectar negativamente al desarrollo emocional del pequeño con problemas de corazón”.

EVITAR DIFERENCIAS

Lamentablemente, los niños con cardiopatías se ven obligados a faltar a clase más que sus compañeros por intervenciones quirúrgicas, revisiones periódicas, pruebas, etc. “Debemos evitar que a esta diferencia obligada se sumen otras que pueden evitarse. Los beneficios del deporte son tantos que merece la pena el esfuerzo de todos para que ningún pequeño quede al margen”, afirma Emilio Butragueño.

Por ello, anima a los padres “a que pierdan el miedo y a que se informen de las actividades que sus hijos pueden o no pueden hacer”, al tiempo que hace un llamamiento a los profesores “para que hagan un esfuerzo por adaptar sus clases de educación física a las necesidades de estos alumnos”.

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