Logroño se echa a la calle para celebrar el triunfo de la 'roja'

La estampa que lucía Avenida de la Paz a las once de la noche del jueves era muy parecida a la de un día de San Mateo. Una incesante riada de gente secundaba el pasacalles de Makoki. Las archiconocidas canciones de Tírate de la moto y Pincho, pincho, pincho de tortilla se entremezclaban con los gritos de ¡España, España!, ¡a por ellos! e, incluso, ¡campeones, campeones!, que coreaban los más atrevidos.

El destino final de esta manifestación popular y espontánea era la Plaza de Murrieta, el habitual lugar de los triunfos de antaño del Logroñés y que ahora se convertía en el punto de encuentro de los numerosos aficionados de la selección española. Y dio igual que en aquel momento cayera un abundante aguacero. La ocasión merecía la pena: España llega a su tercera final en una Eurocopa después de veinticuatro años.

Hasta allí acudieron también algunos de los que habían decidido ver el partido en el Palacio de los Deportes, donde el Gobierno de La Rioja había instalado una gran pantalla de televisión. Otros optaron por ir a la Plaza del Ayuntamiento, donde también era posible seguir el encuentro. De hecho, desde unas horas antes al comienzo del partido ya se respiraba una ambiente festivo. “Esto parece el chupinazo”, decía una mujer. Incesantes grupos de jóvenes se acercaban al lugar ataviados con banderas nacionales y al grito de ¡España, España! Su ilusión fue recompensada con creces, con los goles de Xavi, Güiza y Silva, y un juego de altos vuelos.

Lo mejor de todo, no obstante, está por llegar. El domingo se repite la cita y ésta vez será la definitiva.