Enfermeros y personas

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La adaptación de los planes de estudios de Enfermería al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) supondrá un punto de inflexión en la formación de estos profesionales al otorgarles una formación más completa y con una visión más completa y humana del enfermo, lo que les dará mucha más autonomía en su cuidado. Así lo ha asegurado Epifanio Fernández, director del Área de Enfermería de la Universidad Europea de Madrid, durante la II Aula de Enfermería. Según explica, los cambios derivados de la adaptación de los planes de estudio al EEES respecto a los actuales radican precisamente en la adquisición de estas competencias como objetivo de formación y en tomar al alumno como centro de la enseñanza. “Vamos hacia una pedagogía por competencias en la que, además, la figura del tutor ocupará un papel fundamental”, afirma.

El director del Área de Enfermería de la Universidad Europea de Madrid relata que los planes europeos de enseñanza persiguen que el alumno vaya adquiriendo una serie de competencias a lo largo del proceso educativo; dejando atrás el clásico sistema de apuntes que tienen que ser reproducidos. “Hay que construir un estudiante que tenga competencias para la acción y en ese objetivo se integra todo el conocimiento que va adquiriendo”, asegura.

Este nuevo enfoque en la enseñanza, que sitúa al alumno y no al profesor en el centro del sistema, exige importantes cambios en la metodología que se materializan fundamentalmente en la nueva distribución de los créditos y en la introducción del “practicum reflexivo”, una manera de hacer prácticas más personalizada y exigente.

Según explica Epifanio Fernández, hasta ahora las prácticas se concebían como la capacidad del alumno para reproducir una serie de técnicas, un aspecto en el que se siguen formando en la facultad en grupos de diez alumnos. Con el nuevo plan, esta faceta se completa con una exigencia de que el estudiante sea capaz de tener un pensamiento reflexivo que le permita interiorizar lo aprendido para aplicarlo teniendo en cuenta la realidad global del enfermo y yendo más allá del abordaje meramente técnico.

En esta fase de la formación, que se inicia en la facultad y se completa en el hospital o centro de salud, el tutor ocupa un papel fundamental, ya que es la persona que va a guiar al alumno de una manera totalmente personalizada. “El objetivo es que el alumno sea capaz de percibir al enfermo como una persona con una manera de vivir la enfermedad muy personal y sobre la que él o ella puede intervenir ofreciéndole lo que necesite”, cuenta este experto. Para ello, es necesario un cambio de actitud en los profesionales.

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