El Casco Antiguo de Logroño necesita mejorar

Los cascos históricos no son meros lugares de entretenimiento durante los fines de semana. De hecho, muchas ciudades, entre ellas Logroño, están trabajando para convertir estos emblemáticos enclaves en sitios más habitables, con más servicios y más cercanos a los propios habitantes como a los turistas.

La revista Consumer Eroski publica en su último número un amplio estudio sobre la situación del casco histórico de un total de 18 ciudades españolas. Tras analizar con detenimiento distintos aspectos relacionados con servicios e infraestructuras, mobiliario urbano, limpieza, movilidad, entre otros, el informe se apoya también en los resultados de una encuesta efectuada a 50 ciudadanos (100 en los casos de Madrid y Barcelona) y un cuestionario cumplimentado por el propio Ayuntamiento.

Logroño ha sido una de las siete ciudades que ha obtenido la calificación de aceptable. Tan sólo cinco han logrado el bien, mientras que otras seis se han recibido un regular. “La valoración global no pasa de un mediocre 'aceptable'”, concluye el estudio. No en vano, ninguna ciudad española ha merecido la nota de muy bien. Aunque también conviene decir que ninguna ha recibido el duro castigo de muy mal.

La valoración sobre el Casco Antiguo de la capital riojana se resume en las siguientes líneas del estudi. “Lo mejor: Buena dotación de mobiliario urbano, en especial, fuentes de agua potable y ornamentales. Lo peor: Limpieza mejorable de sus calles”. Tampoco sale muy mal parada de la comparación con las ciudades vecinas. Las tres capitales vascas reciben la nota de aceptable, mientras que Pamplona y Zaragoza reciben un bien.

LOGROÑO, EN DETALLE

Un estudio más pormenorizado sobre Logroño permite comprobar cómo las principales deficiencias se encuentran en las infraestructuras para los residentes y la limpieza de las calles. No obstante, el informe destaca que el Casco Antiguo logroñés “es uno de los pocos del país que dispone de carriles bici y aparca-bicis”.

Portales, Sagasta, Herrerías, Marqués de San Nicolás, Ruavieja, Caballería, San Juan y San Agustín fueron las ocho calles donde se llevó a cabo el trabajo de campo. En este área se estima que viven alrededor de 4.000 personas. Los segmentos de edad más representados son 30-44 --lo que no deja de resultar curioso-- y más de 65 años. El problema principal manifestado por estos vecinos es el ruido.

Las deficiencias fundamentales se encuentran en la limpieza y mantenimiento de calles y fachadas (se suspende con un regular), mientras que entre las principales necesidades cabe destacar la mejora del pavimento y el estado general de las calles. El Casco Antiguo logroñés también suspende (obtiene la calificación de regular) en servicios e infraestructuras, al carecer de centros para mayores y baños públicos y contar tan sólo con una zona recreativa infantil.

Las “virtudes” del Casco Antiguo logroñés se concentran en el apartado de movilidad y accesibilidad. “Dispone de aparcamientos en la mitad de las vías escogidas”, se subraya, al tiempo que se destaca la buena señalización vial. Por último también se percibe un estado correcto del alumbrado en términos de mantenimiento y limpieza.

LA OPINIÓN DE LOS LOGROÑESES

La valoración obtenida por el Casco Antiguo de Logroño en el estudio de Consumer Eroski contrasta con la nota que le dan los propios ciudadanos. Los habitantes de la capital riojana dan a su casco histórico una calificación de un 7, la misma que reciben Bilbao, Murcia y Oviedo. Tan sólo Pamplona roza el sobresaliente, con un 8.

Tan sólo uno de cada diez logroñeses apunta que el Casco Antiguo está sucio, la misma proporción que apunta una necesidad de mejorar la accesibilidad. Sin embargo, las quejas se incrementan al hacer referencia a la dotación de servicios. Uno de cada cuatro ciudadanos de Logroño sugieren que es precisa una mayor dotación en este sentido.