Austria casi no lo cuenta

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Los austriacos habían dominado durante los primeros minutos del encuentro, pero se encontraron con un gol en contra que no hacía justicia al juego que habían desplegado hasta el momento. Paradójicamente, cuando Polonia estaba a punto de sumar los tres puntos, un penalti en el tiempo de descuento permitió a los anfitriones sellar el empate.

No habían pasado aún diez minutos desde el pitido inicial cuando Austria tenía en sus botas una oportunidad inmejorable de inaugurar el marcador. La falta de entendimiento entre Wasilewski y Jop permitió a Martin Harnik plantarse sólo ante el portero, pero el polaco salió vencedor del mano a mano.

No sería la única ocasión que tendría Harnik. Ni la única que salvaría Boruc. El delantero del Werder Bremen falló a remachar una excelente internada de Kormak y, apenas unos minutos más tarde, un gran pase en profundidad entre los centrales dejaba sólo a Leitbeg, pero el guardameta polaco volvió a desbaratar el uno contra uno.

Hasta de tres ocasiones manifiestas de gol disfrutaron los austriacos en el primer cuarto de hora de juego. En todas ellas, la delantera de Hickersberger se topó con un Artur Boruc en estado de gracia, que con sus intervenciones logró tapar las vergüenzas de la defensas polaca.

Austria encontraba una autopista hacia la portería rival por el flanco izquierdo, y las conceciones de los centrales polacos animaban a sus delanteros, pero los de Hickersberger no aprovecharon el asedio y pagaron las consecuencias: en una acción aislada, Guerreiro adelantó a Polonia remachando una acción personal de Saganowski dentro del área pequeña.

El golpe frenó en seco la impulsividad austriaca. Si durante los minutos anteriores al gol, los de Beenhakker se habían encargado de enfríar el partido, el tanto de Guerreiro terminó de aplacar los ánimos del equipo de Hickersberger.

Tanto cambió el partido tras el descanso, que incluso los polacos llegaron a perdonar el gol de la sentencia. Mientras Austria trataba de digerir aún el varapalo, Polonia buscaba sin descanso la portería de Macho y Guerreiro sacaba a relucir sus genes brasileños para adornar su actuación con sendos lujos de cara a la galería.

A pesar de todo, las sucesivas intentonas de Polonia no encontraron recompensa, y vista la cercanía del pitido final, los polacos comenzaron a templar el encuentro y guardar la pelota, arriesgando lo menos posible y buscando el cobijo de la línea de cal.

Cuando todo parecía dispuesto para que la Eurocopa se despidiera de su otro anfitrión, Howard Webb señaló penalti en el tiempo de descuendo en una de las acostumbradas luchas entre zagueros y delanteros a la salida de un córner. Vastic no perdonó, y con el empate no sólo salvó un punto, sino que salvó a toda su selección.

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