La ciencia mejora la leche de oveja

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Dos grupos de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han obtenido de forma natural leche de oveja con un alto contenido en ácido linoleico conjugado, CLA (del inglés conjugated linoleic acid), un tipo de ácido graso insaturado con potenciales beneficios para la salud de los consumidores, como el fortalecimiento del sistema inmune, efectos anticancerígenos, y la prevención de acumulación de grasas en las arterias (aterosclerosis). Los investigadores añadieron un suplemento de un 6% de aceite de soja a la dieta de las ovejas lecheras y consiguieron triplicar el contenido de este ácido linoleico. El investigador del CSIC que codirige el estudio, Gonzalo Hervás, explica: “Este hallazgo resulta interesante porque hasta ahora la mayor parte de los alimentos de estas características que se encuentran en el mercado contienen compuestos que han sido añadidos a posteriori”.

“Los resultados obtenidos con otro tipo de aceite vegetales estudiados, como el aceite de girasol, son igualmente prometedores y permiten, además, avanzar en el conocimiento del metabolismo de las grasas en ovejas lecheras”, añade Hervás. El equipo estudia ahora si la transformación de esa leche ‘saludable’ en queso alteraría su contenido inicial de CLA. Para el investigador del CSIC, “el objetivo final es obtener un producto tradicional con un valor añadido en el mercado: es decir, un queso de oveja con una grasa saludable”.

El equipo, formado por investigadores de la Estación Agrícola Experimental de León y del Instituto del Frío, en Madrid, ambos centros del CSIC, lleva tres años intentando mejorar el perfil de ácidos grasos de la leche de oveja, complementando la dieta de los animales con diferentes aceites vegetales (oliva, soja, girasol, etc.).

AGENTE ANTICANCERÍGENO

El ácido linoleico conjugado o CLA es un ácido graso que se encuentra de forma natural en la grasa de alimentos derivados de los rumiantes, carne y, sobre todo, productos lácteos. “El interés general suscitado por el CLA durante la última década procede de los beneficios potenciales para la salud de los consumidores, como agente antiarteriosclerótico y, especialmente, anticancerígeno, por lo que numerosos trabajos científicos intentar aumentar su contenido en los alimentos”, detalla Hervás.

El CLA se puede formar en el rumen, uno de los cuatro compartimentos que constituyen el estómago de los rumiantes, a partir del ácido linoleico presente en la dieta de los animales (cereales, forrajes, etc.), mediante la acción de los microorganismos responsables de la digestión de los vegetales. No obstante, este compuesto también puede ser sintetizado en la glándula mamaria de los animales a partir de otro metabolito producido en el rumen: el ácido vacénico.

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