La dieta y la ruleta rusa

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Si no se sigue una alimentación equilibrada el riesgo de aparición de problemas cardiovasculares a partir de la mediana edad se multiplica y éstos inducirán consecuencias más graves. Asimismo, en las personas que ya han padecido un accidente cardiovascular, la alimentación adecuada es esencial para mejorar su pronóstico y evitar recidivas o complicaciones.

De ahí que durante la XXIV Semana del Corazón, organizada por la Fundación Española del Corazón (FEC), se haga especial énfasis en extender hábitos alimenticios correctos en la población general de cualquier edad. Y es que, aunque generalmente la población sabe lo que es bueno comer y lo que es dañino para el corazón, existen importantes déficits en la educación de los ciudadanos en este ámbito y en el cumplimiento de las recomendaciones efectuadas por los expertos.

La obesidad y el sobrepeso se han convertido en uno de los principales problemas de salud en todo el mundo. En nuestro país la situación ha empeorado significativamente en los últimos años, duplicándose las tasas de prevalencia e incidencia de este trastorno, que conlleva la pérdida de calidad de vida y que multiplica el riesgo de complicaciones, sobre todo cardiovasculares. La escasa actividad física de los españoles, junto con los cambios nutricionales, se han convertido en el principal factor promotor del incremento de la obesidad en nuestro medio.

Más de la mitad de los adultos (52,7%) y uno de cada cuatro niños (27,6%) sufre sobrepeso u obesidad en España, según la Encuesta Nacional de Salud 2006 —en el sondeo de 2005, el 49,52 de la población adulta tenía kilos de más—. Incluso, se apunta que hasta un 10% de las personas obesas o con sobrepeso reconocen que están a dieta.

CON CABEZA

Sin embargo, no todas las dietas son cardiosaludables y subsisten muchas creencias erróneas. Así, por ejemplo, la necesidad de eliminar las grasas de la alimentación es un consejo que no cuenta con el necesario respaldo científico, y los profesionales recuerdan que no es bueno prescindir de las grasas, ya que son vitales para nuestro organismo; lo que sí se recomienda es seleccionar el tipo de grasas que se ingieren: son preferibles las grasas vegetales (sobre todo las de aceite de oliva virgen) y las procedentes de los pescados azules, debiendo restringirse el consumo de grasa de carne roja o de las hidrogenadas.

La dieta más saludable debe ser, a juicio de los dietistas y nutricionistas, baja en sal, equilibrada, variada y baja en grasas, incluyendo el consumo de frutas y hortalizas, verduras y pescados. Además, es recomendable adecuarse a unos horarios, tener cuidado con los productos que se compran y no olvidar una correcta hidratación. Igualmente, se insiste en que para los adultos un vaso de vino al día puede ser cardiosaludable.

La reducción de la grasa corporal cuando existe un problema de sobrepeso u obesidad debe conseguirse con objetivos a medio y largo plazo, siguiendo una alimentación equilibrada que pueda mantenerse de por vida, y sin olvidar la actividad física. No se debe adelgazar solamente reduciendo la ingesta de alimentos.

Los expertos insisten en que es necesario realizar de forma regular algún tipo de ejercicio físico, incluso algunos tan sencillos como andar, pasear o subir escaleras. Esto contribuye a aumentar el gasto calórico y, por lo tanto, a reducir la grasa acumulada.

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