Inmigrantes con papeles

Esta cifra es ligeramente inferior a la facilitada el pasado 31 de marzo por el Observatorio Permanente de la Inmigración del Ministerio de Trabajo, que elevaba la cifra de extranjeros en la Comunidad a 41.096.

Del total de inmigrantes registrados, 24.640 habían tramitado su residencia a través del régimen general, 15.648 por el régimen comunitario, 92 de ellos disponían de un permiso de estudios y los 40 restantes tenían la consideración de asilados o refugiados.

El colectivo inmigrante más representado en La Rioja era el rumano, con 11.054 personas, de los que 5.941 eran hombres y 5.113 mujeres, seguido de los marroquíes, con 7.351 personas, 4.315 hombres y 3.036 mujeres.

Le seguían con 3.221 personas los portugueses, con 2.356 hombres y 865 mujeres; los colombianos, con 3.128 personas, 1.369 hombres y 1.759 mujeres; los pakistaníes, con 2.841 personas, 2.170 hombres y 671 mujeres; y los ecuatorianos, con 2.584, de los que 1.317 eran hombres y 1.267 mujeres.

Entre los países con menor número de inmigrantes presentes en La Rioja figuran Kirguizistán, Myanmar, Luxemburgo, Níger, Mauricio, Palestina, Sierra Leona, la República Centroafricana, Suráfrica, Somalia, Indonesia, Líbano, Taiwán y Zimbabue con un solo ciudadano con certificado de registro o tarjeta de residencia. En total, en La Rioja existían en esa fecha inmigrantes procedentes de 112 países, además de un ciudadano apátrida.

Desde la Delegación del Gobierno en La Rioja se insiste a Efe en que esta cifra es bastante fiable con la realidad en lo que se refiere a los ciudadanos acogidos al régimen general y a los inmigrantes que ha recibido un permiso de asilo o refugio u otro de estudiante.

Sin embargo, en lo que se refiere al régimen comunitario, la cifra puede estar un tanto distorsionada. La razón es que hay muchos ciudadanos de la Unión Europea que han venido a La Rioja a desempeñar un trabajo por un tiempo superior a tres meses por el que han tenido que solicitar un permiso de residencia, que una vez que cumplen con su labor se marchan a su país sin haberse dado de baja en el registro estadístico.

A esta situación se unen los problemas generados por el Real Decreto 240 de 16 de febrero de 2007, por el que se suprimieron las tarjetas de residencia para ciudadanos comunitarios, a los que desde entonces se obliga a inscribirse en el Registro Central de Extranjeros.

Este trámite debe de hacerse, en teoría, en la Oficina de Extranjeros de cada Provincia o en la Comisaria de Policía correspondiente, lo que está generando demoras de hasta tres meses en las comunidades más pobladas como Madrid.

Ello ha motivado que numerosos extranjeros que viven fuera de La Rioja hayan acudido a la Comunidad para gestionar este trámite, para el que no se solicita el padrón de la localidad en la que viven, por cuanto que hasta hace poco la demora era tan solo de cuatro días.