Incontinencia: el mal infratratado

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Uno de cada cuatro riojanos afectados por incontinencia urinaria no acude al médico para consultar sobre su enfermedad, según informa el Instituto Indas, que señala que alrededor de seis millones de españoles padecen algún tipo de incontinencia urinaria, un problema de salud que afecta gravemente a su calidad de vida.

Según señala el Instituto el 26,84 por ciento de los hombres mayores de 39 años padecen esta dolencia, frente a un 36,01 por ciento de las mujeres, por lo que no se puede afirmar que la incontinencia urinaria sea una enfermedad típicamente femenina.

En el marco de sus actividades, y dentro del Programa ConfortPad, ha promovido la elaboración del Libro Blanco de la Calidad de Vida del Paciente con Incontinencia, que realizará el Gabinete de Estudios Sociológicos Bernard Krief. El objetivo de este documento será fijar las necesidades y niveles de calidad de vida de estos pacientes, la repercusión sobre sus cuidadores y familias, en una patología que llega a limitar su autonomía y vida social.

Según los datos de un estudio, coordinado por José María Dios Diz, médico de atención primaria de Tordota, La Coruña, en el que se ha analizado la prevalencia y los tipos de incontinencia más frecuentes, un 26,84 por ciento de los hombres mayores de 39 años padecen esta dolencia, frente al 36,01 por ciento de las mujeres. En menores de 65 años afecta al 25 por ciento de la población; entre los 65 y los 74 años la padecen casi el 30, y supera el 40 por ciento de afectados en personas mayores de 74 años.

“La Sociedad Internacional para la Continencia define la IU como toda queja de escape involuntario de orina. A lo largo de la vida es fácil que todos suframos en episodio que pueda entrar en esa definición”, explicó el doctor Dios Diz, que ha sido el encargado de coordinar este estudio para el que se entrevistó a 2.143 personas de mayores de 40 años.

En todos los grupos de edad, tanto en hombres como mujeres la incontinencia urinaria más frecuente es la de tipo mixto, aquella que comparte rasgos de la incontinencia de urgencia, la vejiga hiperactiva y la incontinencia de esfuerzo, que produce escapes involuntarios al reír, toser o mover objetos.

Otro problema que se ha revelado al realizar el estudio es el infradiagnóstico de esta enfermedad, se estima que casi una cuarta parte de los enfermos no acuden a ningún especialista para poner remedio a esta dolencia. El doctor Dios Diz entiende que esta situación es consecuencia tanto de la falta de comunicación de los pacientes como del escaso interés de los sanitarios. “Sólo cuatro minutos bastan para que el médico de primaria sepa si un paciente sufre incontinencia urinaria, de qué tipo e instaure un tratamiento o, en su caso, derive al especialista”, destaca. “También las farmacias tienen su papel, ante la compra de productos absorbentes deberían indicar a los pacientes que acudan a su médico de cabecera”, concluye José María Dios Diz.

Las razones por las que los enfermos de incontinencia tienden a ocultar su enfermedad comienzan por que consideran que es un problema de salud sin importancia, que es consecuencia inevitable del paso de los años, piensan que carece de solución y les causa un sentimiento de vergüenza. A pesar de que es una dolencia que se tiende a ocultar y que no se considera importante; el 25 por ciento de los afectados reconoce que les impide realizar esfuerzos, algunos tan sencillos como mover objetos o hacer paseos largos, el 22 considera que es un obstáculo para viajar, y para el 18 les coarta a la hora de acudir a actividades de ocio, como ir al cine o al teatro.

Alrededor de la mitad de los pacientes estudiados sufre escapes involuntarios de orina a diario, mientras que el 75 por ciento afirma que utiliza absorbentes casi todos los días. Entre los que usan absorbentes, el 35 por ciento tiene problemas de irritaciones, ulceraciones o sensación de incomodidad a causa de su uso y el 25 por ciento reconoce que sus problemas de incontinencia le han causado infecciones de orina.

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