Caza con advertencia

Los barcos balleneros empezarán a zarpar a partir del martes, con una cuota máxima de 40 ejemplares, establecida por el Ministerio de Pesca. Las autoridades aseguran que, con dichos límites, la caza es “sostenible” y está justificada por la demanda del mercado.

La Ministra de Asuntos Exteriores, Ingibjorg Solrun Gisladottir, ha declarado durante un viaje al Reino Unido que “aunque la cuota es menor que en las temporadas anteriores, se están sacrificando los intereses del país a largo plazo”.

Diversos grupos ecologistas han sugerido que permitir la caza de ballenas podría ser un obstáculo para que Islandia logre su objetivo de ocupar un lugar en el Consejo de Seguridad de la ONU.

Esta temporada, los balleneros pedían una cuota de 100 ejemplares. Aunque la caza de los islandeses es mucho menor que la de países como Noruega o Japón, no deja de ser controvertida, en parte porque se interrumpió (para recuperarse a partir de 2006) y en parte porque a ojos de muchos ciudadanos esa actividad deteriora la imagen de Islandia en el exterior.