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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

De profesión, ilustradora

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Raquel Marín podría ser una magnífica ponente en las Jornadas de Diseño que cada año organiza la Escuela de Arte y Superior de Diseño de La Rioja –en su reciente edición el trabajo de la también ilustradora Maritxell Duran causó una grata impresión entre el público—. Fue precisamente en este centro educativo de Logroño donde esta joven riojana, natural de Pradejón, comenzó su formación académica.

En la actualidad, reside en Barcelona y sus ilustraciones ya se han publicado en los diarios nacionales El País y El Mundo, las revistas Le Cool, Ling o Delibros o las editoriales Gadir o Palabras de Candil.

Su blog permite ver de cerca los sencillos y cuidadosos trazos de esta ilustradora. “Su obra se caracteriza por una enorme fuerza conceptual sobre la que se fundamentan sus ilustraciones, y que, gracias a su estilo sobrio y elegante, no pierden ni un ápice de frescura”, tal y como se recoge en un comentario de otro blog, en este caso sobre publicidad y diseño, Lasblogenpunto.com.

Hace escasos días ha salido a la luz Kashtanka (Editorial Gadir), el popular cuento de Antón Chéjov en el que Raquel Marín ha colaborado con quince ilustraciones, que aparecen alternadas entre las páginas, además de la portada. “Es mi primer libro, mi primer cuento”, afirma con especial ilusión la ilustradora riojana.

COMIENZOS

“Siempre me ha gustado dibujar”, reconoce. Tras su paso por la Escuela de Arte se trasladó a Cuenca para estudiar Bellas Artes. Allí tuvo la suerte de conocer durante un curso al afamado ilustrador Isidro Ferrer. “Me descubrió este mundo y me enseñó que se puede vivir de él”.

Sin embargo, son muchas las dificultades que deben sortearse en este camino de la ilustración editorial. Desde hace dos años, Raquel Marín trata de ganarse la vida en este mundo. Para lograr este objetivo no se ha cansado de “llamar a las editoriales, puerta tras puerta, con el book bajo el brazo, hasta que ahora que ha empezado a surgir el trabajo”. Reconoce que son muchos los que “desesperan y lo dejan”. Pero no es su caso. “Tengo mucha ilusión y muchas ganas. Lo estoy consiguiendo y eso me anima”, apostilla.

Otro inconveniente se encuentra en que se trata de un oficio solitario. Marín trabaja como autónoma, lo habitual en esta profesión. No obstante, la rica vida cultural de Barcelona le permite mantener un contacto muy cercano con los ilustradores que tanto admira. En esta larga lista figuran, entre otros, Noemí Villamuza, Sergio Mora, Arnal Ballester, Riki Blanco, Pep Monserrat, Carmen Segovia y Roger Olmos.

Dice echar de menos La Rioja, a donde suele venir por lo menos una vez al mes, pero tiene claro que Barcelona es, junto a Madrid, el lugar adecuado para forjarse una carrera como ilustradora. “Aquí hay cosas que allí no hay”, insiste.

BLOG

Gracias a las nuevas tecnologías, y, en concreto, a su blog, Raquel Marín puede mantener un estrecho vínculo con sus familiares y amigos, a pesar de que al principio era muy reacia a crear su propio espacio en internet. “No me acababa de gustar la idea de que la gente viese y opinase sobre mi trabajo”. Sin embargo, ahora le resulta una herramienta imprescindible en su trabajo.

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