Mutaciones malditas

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El 25% (es decir, 1 de cada 4) de los adultos que padece leucemia linfoblástica aguda presenta cromosoma Filadelfia positivo (Ph+), reflejo de una mutación genética anormal que supone un signo de mal pronóstico de la enfermedad. La introducción de nuevos medicamentos como imatinib ha modificado el curso de la leucemia linfoblástica aguda, logrando en combinación con la quimioterapia estándar de inducción una tasa de remisiones superior al 90%. En los últimos años, el avance en el conocimiento de los mecanismos biológicos que causan la enfermedad, ha repercutido en la mejora de los tratamientos frente a la leucemia y está abriendo, en la actualidad, nuevos horizontes en el tratamiento de la misma. Por ello, y para analizar los últimos progresos terapéuticos para la leucemia linfoblástica aguda, se han dado cita más de 50 hematólogos de toda España en la II Reunión Nacional sobre Leucemia Linfoblástica Aguda “Nuevos Retos en el Abordaje Terapéutico”, coordinada por el doctor José Mª Ribera, del Institut Català d’Oncologia-Hospital Universitario Germans Trias i Pujol, y organizada por Novartis. “Durante la misma, según explica este experto, abordaremos el tratamiento de cada subtipo de leucemia, y entre ellas la Ph+”.

La leucemia linfoblástica aguda se caracteriza por que la médula ósea produce un número excesivo de células linfoides malignas. Estos linfocitos anormales desplazan a las células formadoras de leucocitos, eritrocitos y plaquetas y dan lugar a infección, anemia, hemorragias y otros problemas graves.

En nuestro país, cada año se diagnostican alrededor de 400 nuevos casos de leucemia linfoblástica aguda en adultos, lo que supone una incidencia hasta 6 veces menor que la de los niños. Sin embargo, es en los adultos donde la enfermedad es más resistente. Esto se debe, según señala el doctor Ribera, a que “la leucemia linfoblástica aguda en el adulto tiene con más frecuencia factores de mal pronóstico que determina una peor respuesta al tratamiento, y el cromosoma Ph, que se da sobre todo en adultos, es uno de los que las hace muy resistentes a los mismos”. Este especialista estima que mientras que sólo el 2% de los niños con leucemia linfoblástica aguda tiene el cromosoma Ph+, más del 25% de los adultos lo presenta, alcanzado casi el 50% en los mayores de 50 años.

CAMBIAR LA EVOLUCIÓN

“La presencia del cromosoma Ph es un signo de mal pronóstico. En estos casos, afortunadamente, la introducción de nuevos medicamentos como imatinib ha cambiado la evolución de la enfermedad”, señala el doctor Ribera. Según pone de manifiesto un estudio publicado en 'Journal of Clinical Oncology', la combinación de este medicamento con quimioterapia en el tratamiento de leucemia linfoblástica aguda Ph+ logra una tasa de remisiones superior al 90%. Para el coordinador de la reunión, quien ha indicado que antes de la aparición del fármaco sólo el 10% de los pacientes lograba respuestas prolongadas, “esta terapia es, sin duda, un gran avance, aunque debemos continuar investigando. La aparición de resistencias ha motivado el desarrollo de nuevos fármacos más potentes que es posible que mejoren en el futuro los resultados obtenidos con la combinación del medicamento y quimioterapia”.

En este sentido, para los expertos reunidos es indispensable conocer las bases biológicas de la enfermedad, es decir, el mecanismo por el que se forma y proliferan las células neoplásicas, y continuar progresando en el tratamiento de la misma. Así, el doctor Ribera pone a Glivec (el nombre con el cual se comercializa imatinib) como ejemplo a seguir. “Es un medicamento que ha nacido del conocimiento biológico de una enfermedad y ha sido aplicado a la clínica debidamente combinado con otros ya existentes, para lograr un avance”, concluye.

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