Santi Barber: “Más que un artista plástico, soy un constructor de redes”

Santi Barber (Valencia, 1970) se considera más que un artista plástico interdisciplinar, un “constructor de redes, un catalizador, un dinamizador al fin y al cabo del conocimiento emanado de los movimientos sociales para que éste no se quede estancado y pueda beneficiar a todo el mundo”.

El creador dice que huye de cualquier movimiento artístico emanado desde el poder, que solo transforma a los artistas en “perritos falderos de subvención” y ha insistido hoy en la necesidad de explorar los límites entre la política y al arte desde una perspectiva colectiva y no individual.

“La política está en todas partes y cualquier acción en la que participo está intrínsecamente relacionada con ella”, ha dicho Barber antes de intervenir en el ciclo de conferencias “Arte Contemporáneo”, organizado por la Escuela de Arte y Superior de Diseño de La Rioja.

Esta preocupación, sin embargo, no debe de estar reñida con la ironía y la sorpresa, que pueden convertirse en dos elementos esenciales para que llegue a calar un mensaje.

Solo así se puede entender iniciativas como la creación de una agencia de viajes ficticia dentro de una campaña del Comité de Inmigración de Málaga para denunciar la situación en que muchos extranjeros que llegan a las costas españolas y que desarrolló dentro del colectivo La Fiambrera.

Como parte de esta acción elaboraron, entre otras cosas, un folleto que ofrecía un viaje en patera a través del estrecho. Otra iniciativa de este colectivo tuvo como objetivo simultáneo las ciudades de Madrid, Sevilla y Valencia.

En estas tres localidades inundaron las numerosas estatuas urbanas que allí existen con una serie de carteles que les colgaron al cuello en los que incluían una pequeña leyenda con la trayectoria laboral de las mismas para denunciar la situación de muchos parados.

“Esto generó un problema legal que nos llevó a juicio y que desenmascaró que lo que se define como espacio público no es tal. Si tu trabajo en él se desarrolla de manera autónoma, sin estar auspiciado por el poder legal o por una entidad, no hay nada que hacer”, ha dicho.

Más recientemente, Barber se ha encargado de coordinar en Sevilla la publicación “El gran pollo de la Alameda”, un proyecto editorial en el que se narra desde el punto de vista de los habitantes del barrio de la Alameda de Hércules el proceso de transformación que éste ha sufrido en la última década por culpa de la especulación.

“El proceso ha sido muy hiriente y doloroso y ha generado un montón de respuestas en Sevilla de gente social muy diferente que hemos querido que no se pierdan para rescatar esa memoria y criticar el modelo de ciudad que se ha llevado adelante hasta ahora”, ha dicho