Würth cede su espacio a la interculturalidad de Guimarães

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El Museo Würth de La Rioja acoge entre sus salas la exposición de el artista José de Guimarães: Mundos, cuerpo y almas en la se muestran obras de varias épocas bajo un concepto claro: la interculturalidad. En este sentido la exposición se plantea como una retrospectiva que abarca lo más antiguo de los años 70 con lo más nuevo del siglo XXI.

La exposición, que permanecerá abierta desde el 1 de mayo y hasta el próximo 2 de noviembre, y cuenta con un total de 120 obras que se mostrarán al público durante la muestra. De estas piezas, 67 pertenecen a la colección de arte africano del artista. Además, las obras de producción del Guimarães provienen del fondo privado del artista y de la Colección Würth.

Se trata de una muestra en la que se recogen obras pictóricas creadas por Guimarães y esculturas de arte africano que ha recopilado él mismo a lo largo de los años, lo que le configura casi como el comisario de su propia exposición. El inicio del recorrido muestra Madrid-Atocha 2004, pintada sobre madera, acrílico y cerámica. Se trata de una obra dedicada por el artista en forma de homenaje a las víctimas de los atentados del 11-M de Madrid y que se expone por primera vez en España.

ARTE AFRICANO

El arte africano está presente en el mayoría de las obras de Guimarães que se exponen en Würth porque este artista fue destinado a Angola en una comisión militar en 1967. Su estancia se prolongó siete años lo que ocasionó que la propia perspectiva de Guimaraes cambiara respecto a la manera de entender el arte y el mundo. Durante todo este tiempo tuvo la oportunidad de conocer la cultura indígena africana en profundidad, aunque reconoce que el primer contacto con esta cultura fue “angustiante”.

Fue en esos años cuando descubrió cómo se comunicaban las culturas indígenas, los nuevos sistemas de comunicación internos, aspecto que marcó notablemente sus trabajos posteriores manteniendo una “profunda admiración” por el arte tribal y por el “conocimiento de esa cultura”. Una de las obras que recoge este modo de comunicación entre las tribus indígenas es el Alfabeto Africano que Guimarães creó entre 1972 y 1974. Las 132 piezas de este alfabeto se configuran como un código de comunicación, un lenguaje ideográfico en el que cada pieza conforma un símbolo con un significado.

Aunque Guimarães en sus obras muestra esta manera de comunicación de la cultura africana, también en muchas de ellas se percibe el contenido mágico y religioso que ha rodeado siempre a las tribus africanas, que marca una clara diferencia con el arte occidental. Así, Guimarães explica que “el contenido mágico-religioso del arte africano transforman los objetos artísticos en obras de arte que se destinan a la práctica de rituales” en contra de lo que sucede en el arte occidental.

Todas las obras pictóricas que se exponen confluyen en un “diálogo continuo” con el resto de las esculturas que se muestran en cada uno de los espacios de la exposición. Así, asegura que las esculturas son “muy explícitas” porque muestran diferentes aspectos que caracterizan a las culturas africanas aludiendo por ejemplo a la magia de los rituales religiosos o guerreros.

EVOLUCIÓN ARTÍSTICA

Pero, no sólo en esta muestra se representa el arte tribal africano, sino que también se recorren por medio de las obras de Guimarães los diferentes periodos artísticos que ha experimentado el artista con el paso de los años. La evolución que ha sufrido este artista en la composición de sus obras ha sido notable. Desde series completas dedicadas a la filosofía y las culturas China y Japonesa, al arte de Rubens, a la literatura de Camoes, o a la concepción de la muerte en México.

Así su última trayectoria artística se refleja en Favela, una obra que se expuso en Lisboa y que formará parte de la colección de Würth, además de otras que se exponen en el museo. La obra está compuesta por cinco cajas pintadas que contienen en su interior diferentes juguetes, luces de neón o incluso banderan de varios países en una clara intención del autor por representar “el caos mundial que existe”, asegura Guimaraes, y de mostrar la “magia, la guerra o las diferentes culturas que hay en el mundo”.

El cierre de la exposición finaliza con la muestra del arte mexicano que ha creado el artista en cada una de sus pinturas, en las que en todas domina el tema de la muerte y cada una de sus obras emplea diferentes elementos para obtener diversas texturas. Además, esta sala en la que se expone el arte mexicano va ligado con la clausura de la exposición el próximo 2 de noviembre simbolizando el fin de la exposición con el tema dominante: la muerte.

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