El austríaco que violó y secuestró a su hija comparece ante el juez

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Josef Fritzl, el austriaco de 73 años que durante 24 mantuvo secuestrada a su hija, que ahora tiene 42 años, y con la que tuvo siete hijos, comparecerá este martes ante el juez, que deteminará las condiciones en las que debe permanecer el sospechoso hasta que se celebre el juicio.

Mientras, un gran despliegue de policías continúa registrando el zulo donde Elisabeth Fritzl ha pasado los últimos 24 años de su vida, una vivienda de unos 60 metros cuadrados situada debajo del domicilio familiar de Josef Fritzl y su esposa, Rosemarie, en la pequeña localidad de Amstetten. El jefe de la unidad de investigación criminal de la Policía de la provincia de Baja Austria, Franz Prucher, explicó a Reuters que el zulo todavía es un “caos” y que tienen que examinar todos los detalles “muy cuidadosamente”.

Desde que fue detenido el pasado domingo, Josef Fritzl ha permanecido bajo custodia de las autoridades en la prisión de Saint Poelten, cuyo director, Guenther Moerwald, ha explicado que el sospechoso se encuentra en una celda de dos personas donde puede ser observado por los guardias para evitar posibles intentos de suicidio.

Se espera que el juez ordene prisión provisional para durante dos semanas para Fritzl, tiempo que, según la ley austríaca, puede permanecer bajo custodia. Después de este periodo, otra vista judicial decidirá si debe continuar detenido.

Josef Fritzl confesó ayer a la Policía el secuestro de su hija cuando ésta tenía 18 años y los 24 años que la ha mantenido retenida en un zulo bajo la casa que compartía con su mujer, donde se repitieron los malos tratos y las violaciones. Fruto de esta relación incestuosa nacieron siete niños, tres de los cuales vivían con los abuelos.

Fritzl contó a su mujer que su hija había huido con una secta religiosa, lo que apoyó con cartas que obligó a escribir a su hija para justificar esta versión. Los tres hijos que vivían con sus abuelos habían sido, según contó Fritzl a Rosemarie, abandonados por Elisabeth al no poder ocuparse de ellos.

Los hechos salieron a la luz el domingo, tras descubrirse por casualidad que una de las hijas de Josef y Elisabeth, de 19 años, había sido internada en un hospital a raíz de una enfermedad genética típica del incesto. La joven, Kerstin, fue llevada al centro sanitario por su abuelo y cuando los médicos quisieron ver a su madre, el caso llegó a manos de la Policía, ya que Fritzl sacó a Elisabeth y a los dos niños que se habían quedado con ella en el zulo, diciendo a su mujer que la hija había decidido abandonar la secta y volver a casa.

A cambio de no volver a tener contacto con su padre, Elisabeth se mostró dispuesta a hacer un “relato detallado” de lo ocurrido a lo largo de estos 24 años de cautiverio. Fue ayer, en el hospital, cuando Elisabeth Fritzl explicó a las autoridades que su padre había abusado de ella por primera vez cuando tenía 11 años y a los 18 la encerró en el zulo. Y ayer, el secuestrador tuvo que confesar: “(Fritzl) nos ha dicho ahora que encerró a su hija durante 24 años y que él es el padre de sus siete hijos”, añadió Polzer.

Fritzl también admitió ante los investigadores, tal y como contó su hija Elisabeth, que uno de los gemelos que tuvo ésta en 1996 falleció poco después de nacer y él mismo quemó los restos en una caldera.

La hija de 19 años de Elisabeth se encuentra en estado crítico, según reveló el médico que la atiende, Albert Reiter, quien explicó que la han inducido un coma artificial bajo el que continuará durante los próximos días. “Nuestra paciente se encuentra en un estado que amenaza su vida como resultado de falta de oxígeno causada en algún momento entre el miércoles y el viernes, cuando ingresó”, explicó a la televisión alemana N24.

“Además de los 20 años bajo tierra, 20 años sin luz del sol, 20 años bajo estrés psicológico, hay otros factores como la infección”, añadió sin dar más detalles sobre su enfermedad y el pronóstico médico de la joven.

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