Los pecados de Koeman

Europa Press

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Ronald Koeman ya no es entrenador del Valencia debido, sobre todo, a la falta de tacto en sus declaraciones y en su toma de decisiones deportivas, además de una evidente falta adaptación a una plantilla que no estaba confeccionada para jugar con el sistema en el que el holandés se ha empeñado durante su etapa en el equipo blanquinegro. Estos dos pecados, unidos a los malos resultados en la Liga y en la Liga de Campeones, han hecho que el consejo de administración tome la decisión de destituirlo. El triunfo en la Copa del Rey sólo pudo apaciguar los ánimos de los dirigentes valencianistas durante cuatro días.

Desde que llegó y debutó el 6 de noviembre en la cuarta jornada de la Liga de Campeones contra el Rosenborg, el holandés en contadísimas ocasiones ha reconocido ser culpable de alguno de los males del equipo y siempre ha tirado balones fuera: hacía los colegiados, sus propios jugadores o incluso la mala suerte. Koeman ha asumido su responsabilidad, pero sin concretar dónde y en qué se ha equivocado en todos los partidos que ha perdido el Valencia y en los que se ha ofrecido mala imagen. El holandés intentó meter con calzador un sistema de 4-3-3, con el que nunca había jugado el Valencia en los últimos años, y la plantilla no ha sabido asimilar las indicaciones de su técnico.

El entrenador, que llegó acompañado de Jose Mari Bakero como segundo técnico y Toni Bruins Slot como ayudante, se ha empeñado hasta el final en adaptar a la plantilla a su sistema de juego, en lugar de adaptarse él a las características de un grupo confeccionado para jugar más a defenderse que a atacar con un clásico 4-4-2. Además, el técnico se ha permitido variaciones tácticas que han costado de asimilar por los jugadores, como ha sido colocar a futbolistas diestros por la izquierda, zurdos por la derecha en el centro del campo, fuera de su hábitat natural en el que han bajado el rendimiento.

Koeman ha sido señalado como el autor de tomar la decisión de apartar deportivamente a tres 'pesos pesados' en el vestuario como Cañizares, Angulo y Albelda, una medida que abrió una gran grieta en el núcleo de la plantilla y que hizo que la unidad se resquebrajara. El asunto ha llegado tan lejos que Albelda demandó al Valencia por 'mobing' y aunque la primera sentencia le ha dado la razón al club, el centrocampista ha recurrido ante el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana.

Esta decisión deportiva enlaza directamente con las formas que ha utilizado el técnico holandés con los jugadores. Éstas han sido toscas, sin delicadeza y con poca privacidad. Las manifestaciones públicas del preparador han herido a muchos jugadores, que no han dudado en responderle, también públicamente, ante la falta de apoyos de Koeman que se quedó sólo desde que el ex presidente Juan Soler desapareció como cabeza visible de la entidad.

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