Una victoria sufrida

El Caja Rioja logroó un nuevo triunfo ante el, en teoría, asequible Qalat Cajasol, pero tuvo que sufrir lo indecible para lograrlo. En un mal partido de ambos equipos, los riojanos no supieron aprovechar el hueco abierto en el tercer cuarto y acabaron por vencer con un sólo punto de ventaja y después de haber tenido en contra la última posesión de juego. Hilliman puso dos tapones consecutivos en los últimos cuatro segundos y se erigió en la figura del triunfo, pues cualquiera de esos dos tiros podría haber entrado.

En un comienzo de partido bastante discreto para ambos equipos, el Caja Rioja no tardó en coger el mando del marcador con una ventaja cómoda (14-8), aunque antes de terminar el primer cuarto Stevie Johnson ya se había puesto con dos faltas, lo que obligó a Jesús Sala a reservarlo. Poco a poco, el Qalat se deshizo de la ventaja de los locales y dominó el juego bajo tableros. Al Caja Rioja le costaba anotar y el cuarto acabó con el equipo visitante por delante en el marcador (14-16).

La cosa se complicó aún más cuando, un minuto después de haber comenzado el segundo cuarto, a Juan Herrero le caía la tercera. Los árbitros no pasaban ni una a los riojanos, pero permitían en exceso el contacto a los visitantes. Y el Caja Rioja acumulaba nerviosismo porque erraba demasiado en los tiros y el Qalat se marchaba (14-20). Que los riojanos no anotasen obligó a Sala a volver a poner en pista a Johnson, quien, desde su marcha, había puesto una especie de maldición: en siete minutos, el equipo dirigido por Jesús Sala no había logrado anotar.

La entrada del norteamericano desatascó al Caja Rioja y antes de llegar al descanso, el equipo volvió a ponerse por delante (26-24). Lo cierto es que Qalat fallaba también en sus lanzamientos y el partido era malo de solemnidad. Una canasta de Wells sobre la bocina puso el 30-25 con el que el encuentro se marchó al descanso.

Los seis primeros minutos del tercer cuarto vieron un ligero resurgir del Caja Rioja, que se pareció más al que, en otros partidos, había dominado a rivales superiores. Mejoró el acierto del equipo desde más allá de la línea de tres y también se entonaron hombres como Hilliman, que hacían falta para dar opciones al omnipresente Johnson.

Los riojanos, gracias a esa recuperación, se pusieron 8 arriba (44-36) lo que obligó a Juan Manuel Pino, a pedir un tiempo muerto que no sirvió de mucho, puesto que la sangría de Cajasol se amplió hasta los 13 puntos (50-37).

Sin embargo, el inicio del último cuarto volvió a acercar a los visitantes más de lo debido en el marcador. El Qalat se puso a sólo cuatro puntos y los últimos cinco minutos ambos equipos tuvieron que convivir en una diferencia nunca superior a cinco puntos. Fueron, de hecho, los mejores minutos del encuentro.

El Caja Rioja, que tuvo que lidiar con una controvertida actuación arbitral, llegó a los momentos decisivos con todos sus jugadores cargados de faltas. A dos minutos para el termino del encuentro, un triple visitante aumentaba la presión al máximo (60-59), pero Johnson, haciendo gala de un control de sus nervios envidiable, se jugaba un triple que resultaba clave (63-59), pese a que Qalat anotó muy rápido para acortar el partido a dos.

A falta de 40 segundos, el partido casi se dio la vuelta (64-63) y el Caja Rioja no anotó en su siguiente ataque ni cogió el rebote defensivo ante el primer fallo del Qalat. A Kauvristo le falló el pulso en el primer tiro libre y anotó el segundo. Quedaban 20 segundos para anotar y Dionisio Gómez cometió la quinta. Navarro falló el primer intento, pero no después.

De nuevo el Caja Rioja se encontraba con que un punto podía decidirlo todo en el instante final y apareció Hilliman, inmenso, que con dos saltos colocó otros tantos tapones para dar la victoria al Caja Rioja. El Palacio liberó la tensión. La mejor conclusión que pueden sacar los de Jesús Sala es que así también saben ganar partidos.