Paraguay, a las urnas

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Tres millones de paraguayos están llamados a las urnas a elegir al nuevo presidente que sucederá a Nicanor Duarte en los quintos comicios generales de esta joven democracia, que cumple 20 años. Entre los candidatos destacan el ex obispo Fernando Lugo (centro izquierda), la primera mujer que opta a la Presidencia, Blanca Ovelar, (Partido Colorado) y el ex general golpista Lino Oviedo (derecha).

La transición a la democracia tras la dictadura del general Alfredo Stroessner, quien se mantuvo en el poder hasta 1989, cuando terminaron 35 años de dictadura, fue dirigida por el Partido Colorado, surgido de la anterior Asociación Nacional Republicana (ANR). En las encuestas, Lugo figura como favorito, por lo que, de salir elegido presidente, los paraguayos pondrían fin a 60 años de gobierno ininterrumpido del Partido Colorado.

Los últimos sondeos de opinión divulgados en Paraguay auguran Fernando Lugo conseguirá el 34 por ciento de los votos. En segundo y tercer lugar figurarían Blanca Ovelar con un 29 por ciento y Lino Oviedo con un porcentaje similar.

El ex obispo lidera la coalición de centro izquierda Alianza Patriótica para el Cambio (APC) con un discurso de tintes nacionalistas y orientado a erigirse en el representante del “cambio”, con el que logró aunar a varios sectores de la oposición, entre ellos al histórico Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), que es el principal soporte de la coalición.

Lugo, quien renunció a ser obispo en 2006, es un líder carismático y popular con gran poder de convocatoria, mientras que su contrincante del Partido Colorado, Blanca Ovelar, tuvo varios problemas al inicio de su campaña, cuando fue elegida en unas polémicas elecciones primarias en las que venció al ex vicepresidente Luis Castiglioni. Ovelar centra su campaña en el llamamiento al sentimiento colorado de los paraguayos y en el hecho de que podría convertirse en la primera mujer en ser presidente de ese país sudamericano.

“Cuando tímidamente entramos a la arena política, dijimos que el cambio llegaría a Paraguay sin importar qué, lo que es imparable, y no nos importa si se producirá en 2008, 2013 o 2050. Pero esto tiene que suceder en algún momento”, declaró Lugo a mediados de esta semana.

En una conferencia celebrada en Madrid en junio de 2007, justo después de postularse como candidato presidencial, Lugo aseguró que no va detrás del poder ni del dinero, sino que quiere hacer una “política seria, diferente y que no caiga en los mismos errores de siempre”.

Entre sus promesas figuran numerosas reformas como la agraria y el objetivo de dotar de mayor autonomía e independencia al poder judicial, que considera que está “atrapado” por el Ejecutivo, el cual a su vez “está atrapado en el económico”, y éste permanece “atrapado por la mafia”.

El viernes, a punto de concluir la campaña electoral, Lugo señaló después de 60 años “muchas personas ven un escenario de cambio político (...) casi como algo apocalíptico” y añadió que la APC considera que ese gran cambio se producirá “mediante una transición transparente, pacífica, abierta al diálogo, serena y madura”.

CONTINUISMO COLORADO

Por su parte, Blanca Ovelar fue ministra de Educación de Duarte, quien en las últimas semanas ha realizado campaña a su favor con un discurso que se centra en los componentes populares de los colorados, que han situado a la candidata presidencial en el segundo lugar en los sondeos.

Ovelar señaló que su deseo durante los comicios es que no se produzca un empate técnico entre candidatos y que los resultados de cualquiera de los candidatos sean tan amplios que no dejen lugar a dudas. En ese sentido, no desestimó que alguno de los perdedores no quiera aceptar la derrota y se comprometió a aceptar los resultados aunque ella pierda por un solo voto, por lo que exigió la misma actitud a sus rivales en la contienda electoral.

Tanto el ex obispo como gran parte de los paraguayos temen que los colorados puedan comprar votos y sobornar a los funcionarios electorales para que permanezcan en los centros de votación. Mientras el presidente saliente, Nicanor Duarte, advirtió a principios de esta semana de que “agitadores” extranjeros de izquierdas podrían alzarse en armas en Paraguay si Lugo pierde.

El ex vicepresidente paraguayo Luis Castiglioni, posteriormente disidente del Partido Colorado tras perder las primarias frente a Blanca Ovelar, pidió este viernes al electorado que respete el resultado de las elecciones.

En declaraciones a los medios, Castiglioni dijo además que después de las elecciones del 20 de abril la directiva del Partido Colorado se renovará y añadió que ese cambio “permitirá un nuevo dinamismo para el bien de la democracia paraguaya”. Por último, pidió al electorado que acuda a votar y que se convierta en protagonista de una jornada electoral pacífica.

El tercer favorito a candidato presidencial según las encuestas es el general retirado Lino César Oviedo, aspirante por la Unión Nacional de Ciudadanos Éticos (UNACE), un partido de derecha. Oviedo participó en el derrocamiento de Stroessner y pasó por prisión por su intento de golpe de Estado contra el segundo presidente de la democracia, Juan Carlos Wasmosy (1993-1998). En 2007 salió de prisión y fue habilitado por la justicia para poder presentarse como candidato. Sus promesas se centran en fomentar el trabajo y la seguridad, y se muestra como un líder popular con buenas dotes de administrador.

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