Carne de ave más sana

El pollo es un alimento muy contaminado superficialmente y, a pesar de seguir unas buenas prácticas higiénicas durante la manipulación, sostienen los científicos del CTIC, se hace difícil obtener canales de pollo libres de bacterias en superficie.

Ante este hecho, los responsables de los proyectos pensaron en aplicar tratamientos que contribuyeran a reducir la carga microbiana de partida e impidieran que ésta proliferase durante el almacenamiento y la distribución de la carne.

Para ello, aplicaron tres tratamientos diferentes en pechugas de pollo: envasado en atmósferas modificadas mediante el empleo del gas argón, añadido de una mezcla de lactato-acetato y utilización recubrimientos con propiedades anti-microbianas.

Los resultados obtenidos en las muestras tratadas se contrastaron con muestras sin tratar, lo que, según los investigadores, ha permitido comprobar los efectos de los tratamientos aplicados.

Para los científicos, a expensas de evaluar la viabilidad económica de los tratamientos y su aplicación industrial, los tres métodos estudiados podrían constituir una medida interesante para reducir la contaminación en la carne de ave y, de este modo, aumentar la seguridad microbiológica de este producto.

También consideran que las ventajas son “indudables”, ya que permite permiten alargar el período de vida útil, con la repercusión económica que implica en la industria avícola y garantizar más seguridad alimentaria para el consumidor, que cada vez reclama alimentos más seguros.