Una 'bronca' dedicada

Hubo un tiempo en el que en el Naturhouse (o Darien, en su caso) todo era felicidad. La afición estaba con el equipo y apoyaba a una directiva que, sin presión alguna, dirigía hacia el éxito al club recién creado.

Todo ha cambiado desde este sábado. Presidente y gerente (sobre todo el gerente) ya saben que la afición logroñesa tiene su corazoncito y que no siempre van a apoyar sus decisiones. Ellos son los que las toman y los que, consecuentemente, tienen que aceptar las críticas del que, a la postre, paga (y bastante, por cierto).

Así las cosas la primera 'gran' bronca (que no ha pasado de una exhibición de papeles y tímidas pitadas) se la han llevado por la gestión de la renovación de Diego Pérez Marne. El ocultismo del club (uno de los más herméticos de la categoría e incluso de la región) hace que la opinión de la afición se forme a base de lo que leen en medios de comunicación y en los mentideros correspondientes.

Y lo que ha llegado no les ha gustado. Así, el equipo fue recibido con el Palacio de los Deportes plagado de carteles que exigían la renovación de Diego Pérez Marne, un central que exhibió su clase e impartió lecciones antes de su lesión de la pasada temporada.

Los cánticos de ¡Diego, Diego, Diego!, sin ser constantes, si que rompieron el habitual 'run-run' del Palacio y fueron los que despidieron, acompañados de pitos, al equipo. Es el primer aviso del socio. Un aviso para navegantes.