Un método para reducir cesáreas

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Así lo ha demostrado un estudio español publicado por el equipo del doctor Carlos Larrañaga-Azcárate, Jefe clínico de Obstetricia del Hospital Virgen del Camino de Pamplona, en la Revista “Acta Obstetricia et Ginecologica Scandinavica”, una de las publicaciones científicas europea de más prestigio en esta especialidad.

“Este estudio ha mostrado que en el grupo de mujeres en las que se utilizó el tratamiento con prostaglandinas E2 de liberación controlada se registró un menor número de cesáreas, concretamente un 8% menos, siendo del 17,6% en el grupo no tratado y del 9,3% en el grupo con tratamiento”, asegura Carlos Larrañaga-Azcárate. La investigación señala también que el tiempo en el que están las mujeres en la sala de parto “es menor y los resultados perinatales de los niños, medidos con el test de Apgar y con el ph del cordón umbilical, no se alteraron”, añade el especialista.

PEOR PRONÓSTICO

Las mujeres en las que se utilizaron prostaglandinas E2 de liberación controlada fueron además -resalta el autor del estudio-, “aquellas que presentaban un mayor riesgo de cesárea por presentar un test de bishop menor, con diferencias estadísticamente significativas. Se administró el tratamiento al grupo más desfavorable y los resultados fueron, sin embargo, mejores en cuanto a la reducción de césareas”, destaca el doctor Larrañaga-Azcárate.

En opinión del especialista, estos datos muestran que este tratamiento puede ser una alternativa a la hora de enfrentarse a este tipo de complicación. “Estos datos demuestran que el uso de la la prostaglandina E2 de liberación controlada mejora nuestros resultados de obtención de parto vaginal sin aumento de ningún tipo de complicación”, afirma.

La investigación recoge un estudio restrospectivo llevado a cabo en dicho hospital en 744 gestantes que presentaban rotura prematura de membranas. Debido al aumento de la carga asistencial, el equipo del doctor Larrañaga optó por inducir a las 12 horas a las pacientes que presentaban rotuta prematura de membranas, ya que la otra opción es monitorizar cada 12 horas durante las primeras 48 horas, siguiendo el protocolo de la Sociedad Española de Obstetricia y Ginecología.

“Una de las dificultades que se encuentra en la política de finalización activa a las 12 horas es la cesárea por fracaso en la inducción de parto –explica el especialista-, para evitar esto se propuso mejorar la condición cervical a las 12 horas mediante prostaglandina E2 de liberación controlada”. En un grupo de pacientes se administró el fármaco desde el ingreso hasta las doce horas de rotura prematura de membranas y en el otro se esperaron las doce horas tras la monitorización fetal sin medicación.

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