La tregua de Al Sadr propicia una reducción de la violencia en Irak

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La orden dada ayer por el clérigo chií Muqtada al Sadr de retirada de las calles de los milicianos del brazo armado de su movimiento, el Ejército del Mahdi, parece haber propiciado una reducción de la violencia en el Basora, Bagdad y otras zonas del sur de Irak, según apuntan varias fuentes.

Por su parte, el Gobierno iraquí mostró su satisfacción por el comunicado de Al Sadr. “El comunicado de Muqtada al Sadr es un paso en la dirección adecuada”, opinó el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, que se encuentra en Basora para supervisar directamente las operaciones.

En Nasiriya, un periodista de Reuters informó de la detención de los enfrentamientos y de que los miembros del Ejército del Mahdi comenzaron a retirarse de las calles. Mientras, en Basora se registraban choques esporádicos, aunque la violencia se ha reducido considerablemente y un responsable del Ejército del Mahdi, identificado como Ali al Sinidi, confirmó que se está cumpliendo la orden de Al Sadr.

Poco después de la publicación del anuncio de Al Sadr una oleada de cohetes o proyectiles de mortero fue disparada contra la fortificada Zona Verde de la capital iraquí, donde se ubican los edificios del Gobierno y las embajadas extranjeras. El Ejército estadounidense ha responsabilizado a facciones rebeldes del Ejército del Mahdi de ataques similares.

Sin embargo, las autoridades han anunciado que el toque de queda impuesto en Bagdad, hasta ahora indefinido, finalizará mañana lunes a las 6.00 horas (4.00 hora peninsular española), aunque seguirá en pie la prohibición de circular con vehículo por tres distritos de la ciudad.

La declaración de Al Sadr parece haber cogido a sus propios seguidores por sorpresa. “Ahora estamos llamando al cuartel general”, explicó un mando de bajo nivel del Ejército del Mahdi en el barrio bagdadí de Ciudad Sadr, identificado como Abu Haidar, en declaraciones a Reuters. “No sabemos qué hacer. Si llevamos armas el Gobierno se nos opondrá, pero si no lo hacemos, los americanos vendrán, rodearán nuestras casas y nos capturarán”, explicó.

Un portavoz militar estadounidense, el teniente coronel Steven Stover, indicó que se han registrado combates en Bagdad tras la orden de Al Sadr e incluso los helicópteros estadounidenses tuvieron que abrir fuego en tres ocasiones, aunque, explicó, algunas partes de la capital parecen más calmadas.

“Yo diría que están más en calma, pero nuestra lucha aún no ha terminado. No estamos atacando a ningún grupo específico, pero si alguien está cometiendo actos violentos o a punto de cometer un acto violento, entonces actuaremos”, agregó.

El comunicado de Al Sadr es el resultado de las negociaciones entre los sadristas y la gubernamental Alianza Unida Iraquí, una coalición chií cuya figura más prominente es el ayatolá Alí al Sistani. En la mediación intervinieron el ex primer ministro Ibrahim Jaafari, el político chií Ahmed Chalabi y el presidente del Parlamento iraquí, el suní Mahmud Mashhadani.

Chalabi explicó a Reuters que el comunicado de Al Sadr es “la llave para detener el derramamiento de sangre en Basora”, aunque el Gobierno también se comprometía a dejar de actuar contra los sadristas.

Sin embargo, el clérigo ha vuelto a rechazar el ultimátum realizada por Al Maliki, por el que se ordena que los guerrilleros del Mahdi entreguen sus armas pesadas antes del día 8 de abril. Uno de los ayudantes de Al Sadr, Hazem Al Araji, confirmó, después de que el clérigo emitiera su comunicado, que “las armas de la resistencia no serán entregadas al Gobierno iraquí”.

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