Los vecinos de cinco inmuebles no podrán volver de momento a sus casas

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Calahorra intenta recuperar poco a poco la normalidad tras el atentado de ETA contra el cuartel de la Guardia Civil. Una normalidad que para las familias de cinco inmuebles será más difícil ya que no podrán volver a sus casas hasta que no hayan sido reparadas. Según ha informado la Delegación del Gobierno, estos edificios no sufren daños estructurales, pero los importantes daños que presentan los hace inhabitables.

La localidad riojabajeña amanecía esta mañana con cristales, escombros, viviendas y tiendas destrozadas, pero con la fortuna de no haber perdido a ninguno de sus vecinos. Bomberos del CEIS y trabajadores del Ayuntamiento calagurritano comenzaban a primera hora a realizar las tareas de limpieza y desescombro de la zona afectada. A las nueve de la mañana abría sus puertas la unidad de Protección Civil habilitada por la Delegación del Gobierno para atender las solicitudes de indemnizaciones por daños y desperfectos. Hasta las 13:30 horas de este sábado se habían recogido un total de 490 solicitudes de ciudadanos.

De las 490 solicitudes presentadas entre ayer y esta mañana, y en una primera estimación de la Unidad de Protección Civil de la delegación del Gobierno, 294 se refieren a desperfectos sufridos en viviendas, 90 en locales comerciales o bajos, 30 a vehículos y 1 de ellas a las oficinas de la ONCE. El resto se corresponden con solicitudes de diversa consideración y circunstancia.

LOS VECINOS ENTRAN A LOS EDIFICIOS.

Según informó el Ejecutivo riojano, las tareas de desescombro y limpieza han finalizado para las 13.00 horas del día de hoy. En ese momento, se ha permitido entrar, siempre de forma ordenada y acompañados por bomberos o personal de Protección Civil, a los vecinos de los inmuebles afectados, con el fin de que recojan sus pertenencias más urgentes. Después, los edificios se han cerrado para continuar las labores de eliminación de escombros y rehabilitación de estos inmuebles. Todos estos trabajos están siendo supervisados por un aparejador del Ayuntamiento de Calahorra.

En esta operación han participado 15 bomberos del CEIS, 2 vehículos de Respuesta Inmediata ante Emergencias (ERIES), los correspondientes a logística y atención psico-social y 8 voluntarios de las dos Agrupaciones de Protección Civil de Calahorra y Arnedo. De forma preventiva, han participado también 1 ambulancia de Soporte Vital Básico del Servicio Riojano de Salud y 3 vehículos de transporte sanitario de Cruz Roja de Calahorra y Arnedo (con 12 voluntarios de Cruz Roja). Por otro lado, también ha intervenido la Brigada de obras del Ayuntamiento de Calahorra al completo y el Servicio de Limpieza de dicho Ayuntamiento.

“UN MOMENTO DURO”

Los calagurritanos, como ha destacado su alcalde, Javier Pagola, han vivido 'el día después' al atentado con “gran serenidad en un momento tan duro y complicado como éste que nos ha tocado vivir. Hemos visto un comportamiento magnífico por parte de todos los ciudadanos”.

En las inmediaciones del lugar en el que fue colocado el coche-bomba cientos de calagurritanos contemplan con incredulidad los efectos de este atentado de la banda terrorista en la ciudad, el segundo después del que tuvo lugar en el año 1983.

La solidaridad del pueblo calagurritano con los afectados por el atentado ha hecho que los dos albergues municipales no hayan sido utilizados esta noche, aunque sí pueden ser necesarios más adelante pues hay varios edificios tan dañados que sus propietarios tardarán en volver a ellos.

Los afectados se han reunido hoy en el Ayuntamiento de Calahorra donde se están recogiendo los datos y trámites para la reclamación de daños en viviendas, vehículos y establecimientos comerciales.

El comentario general en las calles de Calahorra es sobre la “suerte” por la ausencia de víctimas después de un atentado tan brutal, teniendo en cuenta la gran cantidad de personas que había en las calles de la ciudad a esas horas con motivo de la celebración de la procesión del Silencio.

Los ciudadanos son conscientes de que la clave de tanta “fortuna” fue la rápida actuación de Guardia Civil y Policía Local, que acordonaron de inmediato el entorno de la Casa Cuartel, sacaron de sus domicilios a la mayor parte de los vecinos y avisaron al resto para que adoptaran medidas de protección.

La zona afectada, llena hoy de curiosos, poco a poco vuelve a la normalidad y tanto en los establecimientos comerciales como en las viviendas afectadas se están colocando lunas y cristales.

A mediodía se ha celebrado una concentración silenciosa de varios cientos de personas en el Ayuntamiento para expresar la repulsa del pueblo contra el terrorismo de ETA, a la que han acudido el alcalde, Javier Pagola, y el obispo de la Diócesis, Juan José Omella.

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